GETAFE/Varios (11/04/2025) – Entre los elementos más importantes de un coche está el sistema de frenado. Si lo pensamos, los frenos se usan cientos de veces al día (en especial en ciudad), de manera que sufren un desgaste continuado.
Como todas las piezas del automóvil, al final se rompen, se estropean o necesitan mantenimiento. Por suerte, hay especialistas en reparacion de frenos madrid que se pueden encargar de esta tarea.
Lo usual, aunque aún se venden vehículos con frenos traseros de tambor, es que los coches actuales lleven discos en sus cuatro ruedas, en cada uno de los cuales hay dos pastillas de freno.
De todo el sistema de frenado, las pastillas son las que antes se desgastan. No hay una cifra exacta de km para cambiarlas, ya que eso depende mucho del tipo de conducción que hagamos. Así, en el caso de circular siempre por ciudad, su vida no será muy larga.
Hay síntomas de que ya están en las últimas, en especial un chirrido que suena a metálico al pisar el freno y que indica que se ha desgastado todo el material.
También se nos puede encender un testigo en el cuadro, aunque lo mejor es no esperar a que pase esto y pedir al mecánico que haga una inspección visual cada vez que acudamos a sustituir el aceite.
Aunque no se cambian tanto como las pastillas, lo cierto es que los discos terminan por gastarse. Al igual que ocurre con las pastillas, la duración de los discos va a depender mucho de la forma en la que conducimos y por dónde lo hacemos.
Una manera de comprobar el desgaste es meter un dedo por el agujero de la llanta cuando el coche está parado. Si está muy gastado, notaremos que hay un enorme escalón entre el borde y el propio disco.
Otro síntoma de que es necesario hacer un cambio de discos es que aparezca una vibración al frenar, algo que nos dice que hay que poner discos nuevos cuanto antes.
Uno de los mantenimientos que se suele olvidar es el del líquido de frenos. Para saber cuándo cambiarlo, lo mejor es mirar el libro de mantenimiento del vehículo.
Con el paso del tiempo va perdiendo propiedades e incluso puede entrar humedad en el sistema. Es posible que no nos demos cuenta, pero poco a poco el coche va frenando peor y necesita más metros para detenerse.
No es un mantenimiento caro, por lo que nunca hay que posponerlo. Nuestra seguridad lo agradecerá y evitaremos más de un accidente por necesitar demasiados metros a la hora de detenernos.
Gran parte de los coches con más años los llevan detrás, aunque algunos modelos nuevos más económicos aún los equipan.
De este tipo de frenos casi nos podemos olvidar. Solo habrá que cambiar el líquido de frenos, como hemos visto antes, ya que si no se hace una conducción agresiva, lo normal es que los tambores duren más de 200.000 km sin dar muestras de fatiga.