GETAFE/Varios (24/02/2025) – No cabe duda de que, en las últimas décadas, el panorama educativo está experimentando cambios más que significativos.
Y no nos referimos exclusivamente a la eclosión definitiva de la FP. Hablamos de innovadoras metodologías y sistemas pedagógicos que son aplicables a tareas de aprendizaje muy distintas, como estudiar matemáticas, adentrarse en la ciencia de la filosofía, diseñar motores de aviación o comprender las particularidades de los números reales.
Añadimos que el denominador común de todas estas nuevas metodologías educativas es que no solo están pensadas para cambiar la forma en que los estudiantes adquieren conocimientos, sino que su otra finalidad es la de aprovechar al máximo el talento y las habilidades individuales de cada alumno.
Y es que, aunque cada una de estas metodologías difiere sustancialmente de las demás, todas ellas comparten los siguientes puntos en común:
A modo de ejemplo, conozcamos algunas de las metodologías de aprendizaje no tradicionales cuya eficacia está más que comprobada:
La metodología stem está especialmente orientada a los estudios de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas. En concreto, el método STEM promueve el aprendizaje integrado de estas disciplinas con un enfoque práctico y experimental.
Además, los estudiantes han de resolver problemas reales y trabajar en proyectos colaborativos, desarrollando así sus habilidades críticas y resolutivas.
Como en el caso anterior, el ABP es un método de aprendizaje que debe desarrollarse siempre en equipo y también suele tener un enfoque multidisciplinar, salvo en casos muy concretos.
En este caso, el aprendizaje, se realiza planteando a los estudiantes retos y problemas que deben resolver.
Estos pueden ser problemas del mundo real o retos ficticios (por ejemplo, diseñar un escudo protector que proteja al planeta de la posible colisión de asteroides). Es otra de las metodologías especialmente adecuadas para desarrollar las habilidades de iniciativa personal y de pensamiento crítico.
Este conjunto de metodologías adapta el currículo y las actividades académicas a las capacidades, necesidades, intereses y ritmo de aprendizaje de cada estudiante.
Para ello, se emplean tecnologías avanzadas de datos y sistemas IA, algo que permite de que el proceso de aprendizaje se ajuste como un guante a cada alumno concreto y que cada estudiante avance a su propio ritmo.
Los estudiantes estudian el contenido en casa a través de videos y materiales interactivos y utilizan el tiempo de clase para realizar las actividades propuestas por el profesor, lo que incluye debates sobre los conceptos ya adquiridos. Esto permite un aprendizaje más activo y participativo.
La integración de elementos de juego en el proceso educativo motiva a los estudiantes y hace que el aprendizaje sea un proceso ameno que prácticamente no supone esfuerzo. Tanto es así, que pueden gamificarse al 100 % temas y asignaturas completas.