GETAFE/Varios (27/02/2025) – Los datos del mercado de alquiler de 2024 indican que una de las principales preocupaciones de los propietarios es el riesgo de impago de alquiler (Observatorio del Alquiler). Frente a ello, la posibilidad de obtener una Renta garantizada se ha convertido en un recurso indispensable para obtener seguridad y mejorar la capacidad de gestión del alquiler.
El mercado del alquiler en España ha crecido de manera constante en los últimos años, impulsado por factores demográficos y la concentración de la población en las grandes ciudades. Esto indica el informe El mercado del alquiler de vivienda residencial en España publicado por el Banco de España. Dicho aumento ha traído consigo una serie de desafíos para los propietarios, entre los que destaca el riesgo de impago de alquiler.
En 2024, según informa el Observatorio del Alquiler —formado por la Fundación Alquiler Seguro y la Universidad Rey Juan Carlos—, el número de propietarios dispuestos a alquilar su segunda vivienda ha disminuido del 36 % en 2023 al 32 %. Entre las principales preocupaciones que desincentivan el alquiler, el temor a daños en la vivienda ha pasado del 18 % al 25 %, mientras que el miedo a la morosidad ha crecido del 13 % al 17 %.
Otro problema importante es la morosidad en el pago de los alquileres: en 2023, el importe medio de impago en los arrendamientos urbanos alcanzó los 7957 euros, lo que equivale a siete meses de renta sin cobrar. Este dato representa un incremento del 4,23 % respecto al año anterior, lo que evidencia un deterioro en la capacidad de pago de los inquilinos y un mayor riesgo financiero para los propietarios.
Poseer una vivienda en alquiler presenta diversas ventajas económicas, como la revalorización del inmueble y la obtención de ingresos mensuales. Sin embargo, para asegurar la rentabilidad de esta inversión y evitar problemas de impago, existen diversas estrategias que los propietarios pueden adoptar.
Una de las opciones más efectivas es recurrir a los servicios de empresas especializadas en la gestión de alquileres. Estas compañías se encargan de garantizar el cobro de la renta mediante soluciones personalizadas y protecciones adicionales para los propietarios. Muchas de ellas cuentan con acuerdos con aseguradoras que cubren los impagos por hasta 12 meses, lo que minimiza el impacto económico de la morosidad.
Otra medida clave es la solicitud de una fianza por parte del inquilino. Esta cantidad, estipulada por ley en dos mensualidades, funciona como un respaldo en caso de incumplimiento de pago o daños a la propiedad. Además, se puede establecer un mes adicional de renta como garantía complementaria, reforzando la seguridad del arrendador.
El contrato de arrendamiento también juega un papel fundamental en la protección del propietario. Es recomendable incluir cláusulas que detallen las obligaciones del inquilino, así como estipular claramente el pago de servicios como agua, luz y comunidad. Un contrato bien estructurado ayuda a prevenir conflictos y facilita la resolución de disputas en caso de incumplimiento.
Finalmente, realizar un estudio de solvencia del inquilino antes de formalizar el contrato es una estrategia preventiva clave. Verificar su estabilidad laboral y capacidad de pago reduce significativamente el riesgo de impago y proporciona mayor tranquilidad al propietario. Estas estrategias, combinadas con una gestión profesional del alquiler, permiten a los propietarios maximizar la rentabilidad de su inmueble y reducir el riesgo de morosidad en el mercado del alquiler en España.