GETAFE/Varios (18/12/2024) – ¿Está España preparada para protagonizar una revolución en el sector del transporte hacia la movilidad eléctrica? La necesidad de reducir las emisiones de dióxido de carbono para minimizar los efectos del cambio climático es a día de hoy incuestionable. Algo que es todavía más imperativo realizar en el transporte por carretera, responsable de más del 90% de las emisiones dentro del sector en España debido a la elevada presencia de vehículos de combustión fósil.

Con episodios recientes como las Dana de Valencia, Málaga y Cataluña, la transición hacia la movilidad sostenible y la electrificación de los medios de transporte es más importante que nunca. De ahí que para muchos expertos, el próximo año sea crucial para España a la hora de abordar este proceso de transición e incentivar la compra de coches eléctricos 2025. Pero, ¿cómo está España en estos momentos en cuanto a movilidad eléctrica? ¿Cuenta con la infraestructura adecuada?

Desde 2015, el número de coches eléctricos ha crecido de menos de 10.000 a más de 150.000 unidades en circulación a mediados de 2024. Si bien es cierto que puede parecer un dato impactante, al poner en la balanza con otros países, no lo es tanto. Ni mucho menos. Comparado con Portugal, donde la penetración de vehículos eléctricos alcanza el 17%, España se queda atrás con un 4,7%.

Entre los usuarios de estos vehículos eléctricos en España, la mayoría son empresas y autónomos que han renovado sus vehículos con el objetivo de adaptarse a las nuevas normativas, racionalizar sus costes relacionados con el consumo de combustible y beneficiarse de las ventajas fiscales e incentivos que el Gobierno ha lanzado en los últimos años para impulsar la adopción del vehículo eléctrico.

Beneficios de los coches eléctricos para empresas y autónomos

Todos los puntos citados anteriormente se han convertido en el acicate para que las empresas y autónomos sean las que más están apostando por el vehículo eléctrico, ya sea mediante la adquisición directa de los mismos o por medio de la renovación de flotas mediante contratos de renting, entre otras opciones.

Si bien es cierto que al principio puede dar vértigo la renovación de flotas en las empresas por la inversión, la realidad es que se trata de una apuesta rentable en el medio y largo plazo. Los beneficios del coche eléctrico para las empresas son numerosos, tanto desde el punto de vista económico como social y medioambiental. Los más relevantes son:

• Reducción de costes y ahorro económico. El ahorro económico es uno de los principales beneficios de los coches eléctricos para empresas y autónomos. Los costes de mantenimiento y operación de estos vehículos son más bajos que los de los coches de combustión interna. Además, estos coches eléctricos tienen menos piezas móviles y no requieren cambios de aceite ni filtros, lo que reduce los costes de mantenimiento. Y, cómo no, supone un ahorro muy considerable en combustible, ya que la electricidad es barata.
• Imagen de marca y reputación empresarial. Las empresas que utilizan vehículos eléctricos demuestran su compromiso con la sostenibilidad y la responsabilidad ambiental, lo que puede atraer a clientes y socios que valoran estas prácticas. Además, los incentivos fiscales como el Plan Moves III ofrecen subvenciones y ayudas para la adquisición de vehículos eléctricos, lo que hace que la transición sea más accesible económicamente.
• Adaptación a nuevas normativas. Otro beneficio importante es el acceso a zonas de bajas emisiones. Muchas grandes áreas urbanas están implementando restricciones de tráfico para reducir la contaminación. Las empresas con vehículos eléctricos tienen acceso a estas zonas sin restricciones, lo que ofrece una ventaja competitiva.

Expectativas y tendencias para 2025

Teniendo en cuenta que en España el uso del vehículo eléctrico está creciendo, sobre todo entre las empresas y autónomos, ¿cuáles son las expectativas y tendencias de cara al próximo año? ¿Está España preparada para la electrificación del transporte?

Con respecto a esta última pregunta, no cabe duda de que España, al igual que el resto de países de la Unión Europea, está avanzando hacia la electrificación del transporte, pero aún tiene desafíos importantes que superar.

Por un lado, aún debe mejorar la infraestructura de recarga para satisfacer a los usuarios de los vehículos eléctricos en la mayor parte de la geografía del país. Aunque en los centros urbanos y áreas metropolitanas sí que existe una red satisfactoria para cubrir la demanda actual de vehículos eléctricos, lo cierto es que en las zonas de interior y menos pobladas, la infraestructura de recarga es aún escasa.

Si eliminar el medio a la “ansiedad por la autonomía” es esencial para impulsar el vehículo eléctrico en España en 2025, también lo es el de reducir el precio de estos coches. De cara a 2025, la llegada de nuevos modelos hace prever que los costes serán más competitivos a medida que aumenten los volúmenes de producción.

Sin embargo, todavía será necesario, para una amplia parte de la población, el apoyo gubernamental para adquirir vehículos eléctricos. Por ello, el Gobierno tiene que definir lo antes posible un marco claro de ayudas para asegurar una transición exitosa hacia la movilidad eléctrica en 2025 y en los años siguientes.

Con una red de recarga de 34.105 puntos de recarga y un parque de vehículos eléctricos de algo más de 150.000 coches, España sí cuenta hoy en día con la infraestructura suficiente para satisfacer las necesidades actuales de la movilidad eléctrica. Sin embargo, el futuro del transporte será eléctrico sí o sí. La normativa europea ya ha puesto fecha al fin de las ventas de vehículos de combustión fósil.

De ahí, la necesidad de continuar trabajando en la electrificación del transporte para reducir las emisiones de carbono y para que los conductores, ya sean empresas o particulares, se beneficien económicamente de un combustible, la electricidad, más barata que el derivado del petróleo.