GETAFE/Entrevista (27/12/2024) – Profesor de Sociología en la UAM, Jesús Rogero ha estado fuertemente implicado en los movimientos educativos reivindicativos de una escuela pública de calidad. En su último libro, Educafakes, escrito en colaboración con Daniel Turienzo, desmontan los 50 mitos más extendidos de la educación. Desde la cultura del esfuerzo a los niveles de calidad de la enseñanza. Y siempre respaldados por datos.
¿Qué queréis contar en Educafakes?
El primer objetivo es desmontar algunas ideas y mitos que circulan y que están muy asentados en la opinión pública, en el profesorado y en las familias sobre la educación española. Son ideas que hacen daño porque conducen a políticas a nuestro juicio equivocadas y reflejan una imagen demasiado negativa sobre nuestro sistema educativo en cosas que no le hacen justicia.
Primera edukafake: “La educación de ahora es peor que la de antes”.
Es evidente que estamos mucho mejor que hace unas décadas en términos de inclusión de grupos sociales que antes estaban excluidos o de recursos en algunos sentidos, etc. Otra cosa es en los últimos años, a partir de la pandemia, o la situación en Madrid de deterioro de la escuela pública por falta de financiación y privatización: ahí seguramente haya habido deterioros; pero si miramos unas décadas atrás, en España se ha producido una revolución educativa incuestionable.
Hablas de degradación en la educación en Madrid. ¿Intencionada?
Yo creo que en Madrid hay una intención política desde hace más de dos décadas por deteriorar la escuela pública y priorizar la educación concertada y la privada. Ese deterioro y esta trayectoria lleva por lo menos dos décadas.
Preocupa ahora mucho la situación de la universidad pública en la región.
Es un caso gravísimo: la universidad pública es un pilar básico de la democracia y en Madrid hay una infrafinanciación desde hace al menos 15 años, que está ahogando la universidad pública. La situación es realmente alarmante. Y claramente hay una intención de priorizar la privada. Se habla de la cultura del esfuerzo: los jóvenes tienen que esforzarse y la clave es la disciplina, el esfuerzo y se dice que con eso se consigue todo.
Eso te lo dice la misma gente que está haciendo políticas en las que el esfuerzo no vale nada: lo que vale es el talonario que tengan tus padres para estudiar. En Madrid más de la mitad de los estudiantes de Medicina están en la privada. La nota de la EBAU y de Bachillerato no cuenta: lo que cuenta es el dinero de tus padres para poder matricularte en una universidad privada.
¿Hasta qué punto está en riesgo la universidad pública como la conocemos?
La universidad pública siempre ha sido la que ha tenido más prestigio, más calidad, ha tenido una oferta suficiente de grados para absorber la gran mayoría de la demanda de estudios y para dar respuesta a las necesidades sociales, no solo del mercado, sino también sociales. Y eso sí está en riesgo: está en riesgo que la universidad pública sea la protagonista.
Se pretende que la universidad pública sea donde estudian los pobres y los recursos importantes estén en la privada: universidades de élite donde pueda acceder determinada gente; un modelo un poco parecido al norteamericano
¿Cuánto han influido los cambios de leyes en la degradación de la educación?
Se atribuyen demasiados males a las leyes educativas y hay problemas educativos que están más allá de las aulas y más allá del sistema educativo. Es mejor no tener una ley consensuada que tener una ley consensuada mala y que cronifica los males del sistema, como son la inequidad, la segregación, la privatización, o el excesivo poder de la Iglesia en términos educativos.
¿Cuántos de los problemas son por haber cedido las competencias a las comunidades?
Es una realidad política que tenemos: en España tenemos 17 como mínimo realidades sociopolíticas y económicas diferentes y lingüísticas en muchos casos. Y yo creo que el sistema educativo tiene que adaptarse a esas realidades. Uno de los mitos que decimos aquí es que España tiene 17 sistemas educativos diferentes y es una media verdad: la arquitectura básica del sistema educativo es la misma para todos, pero es razonable que haya márgenes para que las comunidades autónomas tomen sus propias decisiones, es una cuestión democrática.
Podríamos hablar también de la Formación Profesional.
Es uno de los desastres más grandes y de las cuestiones más graves que ha pasado en la Comunidad en los últimos años: esa privatización de la FP y esa falta de plazas públicas. El que puede pagársela, se la paga en un centro privado y en la pública hay plazas muy limitadas.
¿Hemos avanzado en inclusión?
El otro día una orientadora de un instituto me decía que estaban muy preocupados: si tú metes en un instituto a varias personas que no saben castellano porque acaban de llegar, uno que tiene TEA, otro que tiene problemas de conducta… pues esto no es inclusión, esto es un desastre. Inclusión es cuando esa gente tiene los recursos que le hacen falta.
Lo que se necesita es dotar de más profesorado, especialistas y que los propios institutos vayan gestionando esos recursos. El problema es que es tal la falta de recursos, que es un sálvese quien pueda y al final la gente acaba desesperada. En Madrid, en los últimos 20 años hemos retrocedido: solo hay que ir a los centros y ver la saturación de los orientadores.
¿Cuál es la fake que más ganas tenías de rebatir?
Que los resultados educativos dependen sobre todo del esfuerzo y del talento individual. Ese quizá sea de los mitos más perjudiciales y que permiten políticas muy dañinas. Si tú crees que el esfuerzo y el talento individual son la base de todo y que eso es el determinante de los resultados educativos, no estás entendiendo cómo funciona el mundo.
Si tu madre no tiene estudios, o sea, no ha acabado la ESO, tienes 12 veces más probabilidades de abandonar los estudios prematuramente en comparación con si tu madre tiene estudios universitarios. Y no es una cuestión de herencia genética, que es otro mito. Vemos que los hijos de clases altas que tienen pocas capacidades, tienen muchas más probabilidades de acceder a la universidad que los hijos de las clases bajas con mayor inteligencia. Hay una pérdida de talento social brutal.
¿El ascensor social tiene el botón estropeado?
No funciona bien, desde luego. El sistema educativo hace lo que puede, pero luego hay una estructura social y económica que no lo facilita. ¿Cuál es el mayor problema educativo? Para nosotros las desigualdades educativas, que el sistema garantice que tu origen social no condiciona el resto de tu vida.
¿Tenemos que ir preparándonos para ahorrar desde el nacimiento para la universidad?
En el contexto al que nos llevan van a contar mucho los recursos que tengas: salvo que tengas mucha suerte y tu hijo tenga unas capacidades sobresalientes, pero ni siquiera.
¿Cómo se garantiza la igualdad de oportunidades?
Con más escuela pública y mejor financiada: y en Madrid vamos en el sentido inverso. El resultado del sistema educativo es cohesión social, igualdad de oportunidades, justicia social. Eso lo dicen todas las leyes de la democracia. Y para eso es necesario más y mejor escuela pública