El gran cambio de Getafe

GETAFE/A fin de cuentas (26/09/2024) – Hay momentos de inflexión, en los que las ciudades experimentan cambios que van a modificar su fisionomía para siempre. Después de unas legislaturas complicadas en las que la pandemia y el rescate social, además de la crisis económica absorbieron gran parte de los presupuestos y se convirtieron en la prioridad de los municipios, Getafe afronta estos años como una oportunidad de cambio. Hay hitos en las ciudades como lo hubo con la llegada de la democracia y la primera configuración del municipio atendiendo las necesidades más perentorias y creando las primeras redes sociales y educativas. Y lo ha habido en Getafe también cuando se han desarrollado barrios pujantes como Los Molinos, Buenavista, El Bercial, o antes el Sector III.

El reto de Getafe ahora es reconvertir el centro de la ciudad y conseguir hacer nacer dos nuevos desarrollos como la Plaza Mayor Porticada y el barrio de La Aviación que cambiarán la fisonomía de la ciudad de forma contundente. Ello junto a numerosos proyectos sociales (el Centro de Día Almendro, el Centro Cívico y Deportivo Los Molinos, el Centro Cívico Las Margaritas), culturales (el Teatro Madrid), deportivos (la piscina de El Bercial, la segunda fase del polideportivo San Isidro), de transporte (pasos en la A4, el metro a Madrid) y mediambientales (Getafe Río).

La ciudad cambia y los proyectos ya se ven en las calles, son palpables e incidirán en la vida de los vecinos de forma inmediata. En GETAFE CAPITAL hemos querido hacer un pequeño recordatorio de lo que está ya en marcha y proyectado para tener una visión global de este crecimiento. Se nos quedan cosas en el tintero, pero os las iremos contando en próximos números.

La ciudad está viva y su tejido social sigue contándonos sus experiencias. No olvidemos la carrera de Dedines, que vuelve a sacar la marea verde a las calles del municipio este fin de semana; o la historia de unos ceramistas que con sus manos crean arte y llevan décadas dedicados al barro, al agua y al fuego; o la historia de Miguel Ángel Toledo, que ha participado en sus segundos Juegos Paralímpicos con la espinita de no haberse traído un metal.

Y sí, también tenemos que hablar de la Zona de Bajas Emisiones. Y digo yo: ¿Y si le damos una oportunidad? Cada vez que una calle se ha peatonalizado nos hemos llevado las manos a la cabeza y hemos predicho la gran catástrofe. Y luego resulta que la ciudad es más vivible, que hemos recuperado espacios de paseo, de esparcimiento, de socialización… y eso nos encanta. ¿Y si la ZBE nos supone un cambio de paradigma y constatamos que se vive mejor, se respira mejor, nos movemos mejor por la zona centro? Los cambios no son fáciles, generan incertidumbre. Pero debemos pensar a largo plazo, en qué ciudad queremos dejar a las futuras generaciones, por qué modelo apostamos. No se puede llegar a la puerta de todos los sitios en coche: debemos cambiar esa mentalidad. Comencemos a disfrutar de nuestra ciudad de otra manera. Sin malos humos.

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