GETAFE/Varios (19/08/2024) – La limpieza final de obra es un proceso que garantiza la entrega de un espacio que se acaba de construir o de renovar en las mejores condiciones. Esta es una tarea compleja, que va mucho más allá de una barrida del suelo. De hecho, se elimina el polvo, las manchas, los residuos, etc. La idea es que al terminar la limpieza el espacio quede listo para su uso.
Cuando hablamos de una limpieza final de obra nos referimos a los trabajos que se hacen al finalizar la construcción o la renovación de cualquier inmueble.
Al terminar con los trabajos de albañilería es normal que queden residuos como el polvo, la silicona, la pintura, el pegamento, etc., materiales que en algunos casos no solo manchan, sino que llegan a dañar las superficies si no se eliminan de manera correcta.
Hay varias tareas que van incluidas, aunque lo cierto es que es posible contratar la limpieza final de obra a medida, lo cual será muy útil en algunas situaciones concretas, en esas en las que hay residuos que se salen de lo común.
Entre las labores de una empresa de limpieza de final de obra está la eliminación del polvo. Es la más obvia, aunque no se trata de un trabajo fácil. El polvo, después de la obra, se acumula en todas las superficies. Estas compañías tienen experiencia, por lo que limpian incluso esas zonas más complejas de alcanzar.
Tras el paso de los albañiles, en los inmuebles queda una enorme cantidad de residuos. Hablamos de escombros, cartón, plásticos, maderas, etc., los cuales hay que eliminar de una manera adecuada. Los precios de limpiezas fin de obra dependen, en buena parte, de la cantidad de estos residuos que los obreros dejen atrás.
Uno de los servicios que podemos contratar es el de desinfección. De esa manera, se desinfectan todas las superficies, garantizando así que no queden bacterias ni gérmenes procedentes de la obra. Así, los moradores de la vivienda entran en un espacio limpio y saludable, evitando enfermar por la presencia de hongos y organismos similares.
La limpieza fin de obra de pisos, chalets, locales, oficinas y naves, suele incluir los cristales y las ventanas. De hecho, ambos elementos siempre están entre los más sucios después del paso de los profesionales de la construcción.
En las ventanas no solo se acumula el polvo, puesto que también suele haber salpicaduras de pintura e incluso de cemento. Así, los limpiadores profesionales se aseguran de que los cristales estén transparentes y sin suciedad.
No es extraño que queden manchas complicadas tras las obras. Esto es visible en las superficies como los azulejos o los suelos. En ellos veremos cemento, pegamentos, pintura, etc. Los profesionales tienen técnicas y productos específicos para esos problemas, por lo que quitan todas las manchas sin dañar los materiales.