GETAFE/Varios (23/07/2024) – La tarima flotante es un tipo de suelo laminado que se instala sin necesidad de pegamento o clavos, ya que se coloca sobre una capa de espuma aislante. Es conocida por su fácil instalación y versatilidad en diversos ambientes, tanto residenciales como comerciales.
Este piso consta de varias capas: una superior resistente a la abrasión, una decorativa que imita la apariencia de la madera u otros materiales, una central de fibra de alta densidad y una inferior que proporciona estabilidad y resistencia a la humedad. La ausencia de adhesivos o clavos en su instalación permite que la superficie se adapte a cambios dimensionales sin dañarse.
Existen varios tipos de tarimas flotantes en Madrid, según el material de la capa decorativa y el acabado superficial. La de melamina es la más común, ya que ofrece una amplia variedad de diseños y colores que imitan a la perfección la apariencia de la madera, la piedra o incluso el mármol. También está la de madera natural, que utiliza láminas de madera auténtica en su capa decorativa, proporcionando un aspecto más genuino y cálido. Otras opciones incluyen la de vinilo, que es resistente al agua y adecuada para baños y cocinas, y la de composite, que combina fibras de madera con plástico para mayor resistencia y durabilidad.
Se ha convertido en una opción preferida para las nuevas construcciones y reformas, debido a sus múltiples ventajas y características. Su fácil instalación y versatilidad en diseño permiten a los constructores y diseñadores crear ambientes modernos y atractivos con rapidez y eficiencia. Además, su resistencia a la humedad y la capacidad para adaptarse a diferentes condiciones climáticas la hacen especialmente atractiva en entornos residenciales y comerciales. La durabilidad y bajo mantenimiento también son factores determinantes, ya que garantizan una larga vida útil sin comprometer la estética ni la funcionalidad.
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La principal diferencia radica en su método de instalación y composición. Mientras que el flotante se coloca sobre una capa aislante sin necesidad de fijaciones permanentes, el parquet se instala de forma encolada o clavada directamente sobre el piso base.
En cuanto a la composición, el parquet está compuesto por piezas individuales de madera maciza que se encajan entre sí, mientras que la tarima flotante utiliza una capa de madera contrachapada o fibras de madera en su estructura interna.
Otra diferencia significativa es la resistencia a la humedad. El piso flotante, al tener una capa de protección superior y una base que repele la humedad, es más resistente a los cambios climáticos y a la exposición al agua que el parquet, que puede verse afectado por la humedad y la temperatura.
La tarima flotante ha ganado gran popularidad y se destaca por su versatilidad en la decoración de suelos, gracias a su instalación sencilla, amplia gama de diseños y resistencia al agua. A pesar de compartir similitudes estéticas con el parquet, se distingue por su forma de colocación, composición y capacidad para ajustarse a diversos entornos y climas. Esta elección ofrece un toque moderno y práctico, proporcionando confort y elegancia a cualquier espacio de manera eficiente y duradera.