Los cuidados: asignatura pendiente por construir en las ciudades

GETAFE/Tribuna con acento (27/02/2024) – CUIDAR ES UNA TENDENCIA INNATA DE LA CONDICIÓN HUMANA y al mismo tiempo un imperativo moral, un deber ético inherente del carácter relacional, por el que no puede sernos indiferente lo que acontece a nuestros semejantes, especialmente a los más vulnerables. No hay nada en la vida que nos iguale tanto a las personas como la necesidad de cuidados. El derecho al cuidado aparece entonces como una responsabilidad institucional y debe formar parte de un Sistema Estatal Público de Cuidados. Las personas vivimos más y con mejor salud, pero también, con los años aumentan las probabilidades de que se pierda autonomía lo que se traduce en una mayor necesidad de cuidados. Por otra parte, hay que añadir los déficits en los servicios de educación infantil, especialmente primer ciclo (0 a 3 años). Importa señalar que la maternidad conlleva fuertes penalizaciones en el mercado de trabajo.

Según el informe Cuidar en España 2021. Señalan que en TORNO A 8 MILLONES DE PERSONAS TIENEN NECESITAD DE CUIDADOS, de alguien que les ayude a realizar las tareas cotidianas (vestirse, ducharse, desplazarse) que ellos no son capaces de hacer por sí mismos. De estos, más de 5 millones son niños y el resto adultos mayores (2 millones) o con alguna discapacidad (1 millón). En general, cerca de dos millones de personas trabajan en el sector sanitario y asistencial, encontrando tres grandes subsectores muy diferenciados: en el primero de ellos a médicos, enfermeras, fisioterapeuta; un segundo subsector son las trabajadoras de centros de cuidados y sanitarios (residencias de mayores, centros de salud mental y trabajadoras del SAD (Servicio de Ayuda a Domicilio); y un tercer subsector lo configuran las empleadas del hogar, unas 600.000 empleadas. Todas estas personas representan alrededor del 10% del total de personas empleadas en España.

LOS CUIDADOS SE HAN ATRIBUIDO TRADICIONALMENTE A LAS MUJERES, dando por hecho que deben realizarlos de forma individual y gratuita, en el interior de sus hogares. Ya hace años, que Ángeles Durán anunciaba “la riqueza invisible del cuidado” y la necesidad de cuantificar, cualificar y visibilizar su importancia. Al mismo tiempo cuando los cuidados se llevan a cabo de forma remunerada se caracterizan por una alta precariedad. Así lo viene a mostrar la realización de diversas investigaciones y estudios, al igual que las denuncias y reivindicaciones que vienen señalando la Plataforma Unitaria de Auxiliares del SAD y los colectivos de cuidados de las empleadas de hogar.

ALTA VALORACIÓN DE LOS CUIDADOS AL MISMO TIEMPO QUE SE MERCANTILIZABAN y privatizaban los servicios ofertados, la subcontratación o concertación a empresas multinacionales, especialmente los vinculados a la infancia y a la Dependencia (SAAD). Con el paso del tiempo, la estrategia de privatización ha acabado imponiéndose, intensificando el panorama de precariedad laboral. El trabajo a tiempo parcial y la temporalidad constituyen un elemento central de las trabajadoras del SAD, con frecuencia, lleva aparejada una retribución salarial que no alcanza el salario mínimo interprofesional. Son contratos de trabajo que hacen difícil conciliar la vida laboral y familiar, a la vez que constituyen fenómenos de vulnerabilidad extrema de acoso laboral y sexual. Se constatan problemas de salud de carácter musculoesquelético, presuntamente producidas por la manipulación y la movilización de personas que por su condición de dependientes es frecuente que tengan la movilidad reducida. En síntesis, los datos revelan que es un sector marcado por el género, pero también por otros ejes de privilegio/opresión (racialización, diversidad funcional, clase social y estatus migratorio…).

UN SECTOR DE NEGOCIO EN ALZA. Todo ello acontece en medio de grandes beneficios para las grandes empresas, tal y como informa el Observatorio Sectorial DKB. Así, la salud sale de los hospitales y se dispara la demanda de servicios asistenciales a domicilio, que incluyen la teleasistencia (1,1 millones de personas) y la ayuda a domicilio. Esto estimuló que las empresas que componen el sector aumentaran su volumen de negocio, con una cifra de 2.050 millones de euros en 2022, un 14,4% superior al valor del ejercicio anterior. El número total de usuarios de servicios asistenciales a domicilio alcanzó 1,68 millones de personas. El sector está formado por un gran listado de operadores de pequeña dimensión que cuentan con una actividad local o regional. Sin embargo, los cinco primeros operadores gestionan en torno al 48% de los servicios.

PROPUESTAS PARA LA DIGNIFICACIÓN DE LOS CUIDADOS

  1. Evaluación de la situación actual de las políticas de cuidados y elaborar una estrategia de responsabilidad pública en las diversas escalas, local, autonómica y estatal. Garantizar el derecho a elegir el modelo de cuidados y sacando la responsabilidad primera y última de los cuidados de los hogares (privado-doméstico). Ello, debe contemplar tanto la participación asociada a la gestión de todos los actores integrantes del sistema, especialmente en la escala local.
  2. Caminar hacia un enfoque centrado en las personas requiere una mayor integración de los cuidados hacia modelos asistenciales más holísticos, a fin de aumentar los beneficios para las personas que reciben cuidados y la calidad de la asistencia, apostando por que las personas permanezcan el mayor tiempo posible en sus domicilios y sus entornos. Son los Planes de Atención Individualizada (PAI).
  3. Las residencias siguen siendo una gran necesidad, más en situaciones de dependencia y de cuidados de larga duración. Atendiendo a la demanda actualmente sin atender en España, serían necesarias no menos de 30.000 plazas residenciales.
  4. La desmercantilización de los cuidados y los afectos. Revertir la tendencia de la privatización haciendo públicas las residencias de mayores y el Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD). El sistema de cuidados no debe basarse en la subcontratación de empresas privadas con ánimo de lucro.
  5. Dignificar los cuidados y a las cuidadoras, tanto remunerados como no remunerados. Acabar con los bajos salarios asociados a la parcialidad y a la feminización, así como con la temporalidad y la falta de correspondencia entre la jornada estipulada y la efectiva. Favorecer la creación de sistemas de inspección en los hogares que garanticen las condiciones de trabajo dignas.
  6. Impulsar experiencias de apoyo mutuo en el cuidado, economía social y solidaria, alternativas y comunitarias, con el objetivo de fortalecer relaciones cooperativas y crear colectividad de los cuidados más allá de las políticas públicas.
  7. Universalización de la educación infantil de 0 a 3: pública, gratuita y de alta calidad. Jornadas laborales de 30-35 horas compatibles con el cuidado de la infancia.
  8. Impulso de la desfeminización de los cuidados. Requiere un cambio profundo de valores especialmente de los hombres, para poder pasar de una sociedad patriarcal y machista a otra basada en la igualdad, la justicia social, el cuidado mutuo y la fraternidad. Por eso es central recuperar en todos nosotros la condición de cuidadores de todos los seres humanos.
Redacción Getafe Capital