GETAFE/Varios (19/12/2023) – 1.000 personas han sido víctimas en el último año de ciberdelitos relacionados con el racismo y odio. El doble que en 2019, cuando se registraron 574 casos. No hay que olvidar, precisamente, de que se trata de algo tipificado en el código penal y que la pena por la comisión de un delito de odio es de 1 a 4 años de prisión y multa de 6 a 12 meses. Algo que, por desgracia, parece que no termina de calar en la sociedad.
Tras poner en marcha la campaña contra el ciberodio, YMCA reconoce que está dando sus frutos. A estas alturas, más de un millón de jóvenes menores de 30 años ha visualizado todo el proyecto y sería capaz de definir y detectar un delito de odio en redes de forma clara.
Con más de 80.000 visitas en la web en los últimos meses, la propuesta de la organización pasaba por proponer materiales capaces de definir si se ha sido testigo o víctima de un delito de odio en las plataformas digitales. “Hay que tener en cuenta que hay una parte de lo que se puede considerar delito que pasa desapercibido y que incluso está normalizado en la sociedad. El que se enfrenten a test o que aprendan cómo denunciar este tipo de lenguaje y mensaje en los distintos espacios virtuales es clave” explican desde YMCA.
El ciberodio en España (delitos y discursos de odio producidos online) ha aumentado un 39%. Hoy, la presencia del odio online es tal que resulta difícil no haberla vivido en primera persona. YMCA gestiona y registra más de 100.000 consultas sobre delitos de odio y situaciones de racismo, siendo el 90% de los casos por denuncias por parte de jóvenes de entre 18 y 30 años.
Basta tener en cuenta que, en 1 segundo, se publican más de 10.000 tuits, se suben 1.100 fotos a Instagram y se ven 96.200 vídeos en YouTube. Eso hace imposible de procesar todo lo que llega a las redes, permitiendo procesos de ahorro cognitivo en los que se genera credibilidad y afinidad hacia aquellas narraciones que más se repiten. Entre ellas, las que subyacen al odio racista y xenófobo.
En este contexto, la adolescencia y la juventud se han convertido en las etapas detonantes del odio. 4 de cada 10 delitos de odio racistas o xenófobos son cometidos por jóvenes menores de 25 años en un grupo de población en el que 1 de cada 6 son hijos de padre o madre de origen extranjero.
“Lo que es ilegal offline debe ser ilegal online. Los y las jóvenes son particularmente vulnerables al odio y al abuso y les debemos la construcción de internet como un espacio seguro para ellos” – Věra Jourová, Vicepresidenta de Valores y Transparencia Comisión Europea.
Y es que el discurso de odio no se queda en palabras, sino que antecede al delito. Lo cultiva, lo prepara y lo justifica hasta el punto de que la Universidad de Cardiff pudiera comprobar incluso que era posible predecir delitos violentos y agresiones físicas mediante la monitorización de la actividad en las redes sociales.
X (antiguo Twitter) y Facebook son las plataformas que mayor cantidad de contenidos de odio albergan. Ésta última, sólo en el primer cuatrimestre de 2023, retiró 10.7 millones de contenidos de odio. La mayoría de estos delitos cometidos en 2023 son dirigidos a las personas inmigrantes en general (32%) y a las de origen magrebí (25%).
Pero, hay muchos otros contenidos que no se detectan porque los autores de este lenguaje tóxico son creativos en la forma en que inventan nuevas expresiones, ingeniándoselas para evadir los sistemas de moderación de contenido para que los sistemas automáticos no puedan interpretar estas expresiones ambiguas por su limitada comprensión del lenguaje.
10 segundos pueden cambiarlo todo
Ese es el lema por el que apostó YMCA y que busca activar a los jóvenes frente a los discursos de odio cotidianos enseñándoles cómo, en 10 segundos, esos mensajes pueden y deben ser denunciados.
En la web de campaña se puede encontrar información para denunciar por cada red social y un auto test para comprobar si lo que uno/a ha vivido puede ser o no un delito de odio racista.
En el lanzamiento de la campaña ha colaborado el joven cantante Arkano, quien ha pedido a sus seguidores que dediquen 10 segundos a detener el odio y el racismo.
Dicha campaña se enmarca en un proyecto de sensibilización frente a los delitos y los discursos de odio racistas y xenófobos, financiado por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones con la cofinanciación de la Unión Europea y el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.