GETAFE/Varios (05/12/2023) – El sector de la cosmética ecológica lleva años en auge. La cosmética, en 2022, llegó a facturar 9200 millones de euros, una cifra que deja patente que es un mundo en el que la sociedad se fija y consume.
La conciencia medioambiental y la innovación de laboratorios y marcas en el campo de la cosmética ecológica está haciendo que no pare de crecer su demanda, siendo sus productos más naturales, sostenibles y mejor valorados por muchos consumidores.
“Aunque son las nuevas generaciones que se adentran en el cuidado personal las que más demandan un tipo de productos ecológicos de cosmética y de parafarmacia más concretos y sostenibles, lo cierto es que cada vez son más las rutinas de belleza que, dentro de estas líneas, mejor resultados están obteniendo” explican desde Euroredis Pharma, empresa que está apostando por el desarrollo de fórmulas únicas que respondan al concepto eco.
¿Qué define de verdad la cosmética ecológica?
Ingredientes naturales y sostenibles: la sociedad y las nuevas generaciones están buscando productos que utilicen ingredientes naturales y sostenibles en lugar de productos químicos sintéticos. Las empresas están respondiendo con fórmulas que apuestan por ingredientes orgánicos y éticamente obtenidos.
Envases sostenibles: La industria ha comenzado a reducir el uso de envases de plástico no biodegradable. Se están utilizando envases más ecológicos, como el vidrio reciclable y el plástico reciclado. Además, algunas marcas están implementando sistemas de recarga para reducir la cantidad de desechos generados por sus productos.
Certificaciones orgánicas y cruelty-free: hoy en día existen certificaciones orgánicas y cruelty-free que demuestran el compromiso corporativo con la sostenibilidad y el respeto por los animales. Estas certificaciones garantizan que los productos no se han probado en animales y que se han producido de manera más respetuosa con el medio ambiente.
Reducción de químicos dañinos: Los laboratorios están eliminando o reduciendo la presencia de químicos dañinos en algunos de los productos. Componentes como parabenos, ftalatos y fragancias sintéticas empiezan a descartarse en algunas líneas de producción.
Investigación en alternativas sostenibles: actualmente se está invirtiendo en la investigación y desarrollo de alternativas sostenibles a ingredientes y procesos tradicionales. Esto incluye la búsqueda de ingredientes no convencionales y la adopción de tecnologías más limpias y sostenibles en la producción.
Transparencia en la cadena de suministro: Las marcas están prestando más atención a la trazabilidad de sus ingredientes y a la ética en la cadena de suministro. Esto implica asegurarse de que los ingredientes se obtengan de manera sostenible y ética, y que no contribuyan a la deforestación o la explotación laboral.