GETAFE/Entrevista (25/10/2023) – Es la jornada de puertas abiertas de Cruz Roja en Getafe. Voluntarios y colaboradores preparan todo para que la ciudadanía conozca el trabajo que se realiza desde la calle Greco del municipio. Coches de Policía Local, Nacional, Guardia Civil e incluso la cabina de un Aviocar T-12 B-24 comienzan a captar la atención de los mas pequeños.
Por supuesto, no falta la ambulancia de Cruz Roja, el vehículo por el que Miriam Corroto, hoy presidenta de la entidad, cuenta que “somos más conocidos, además del Día de la Banderita o del sorteo de la lotería”. Y por eso, días como este son tan importantes, para que la gente se acerque a la labor diaria que realizan. “Casi cada semana, tenemos diferentes actividades que nos permiten dar a conocer todo nuestro trabajo”.
Miriam Corroto comenzó como voluntaria de Cruz Roja Getafe en 2012. Mas de diez años después, siendo la nueva presidenta, comienza un proyecto para los próximos cuatro años destinado a trabajar “con los mayores, evitar la soledad, ayudar a juventud e infancia, mujeres y cualquier situación de vulnerabilidad”.
Cuando comienza esta importante jornada, entramos en las instalaciones para que Miriam nos cuente cómo se adaptan los proyectos nacionales de la entidad a cada localidad, según las necesidades que se demandan y de la mano del Ayuntamiento local. “Hacemos una labor muy importante en Getafe; junto con la administración pública representamos un porcentaje muy importante del colchón social de la ciudad”.
Dar las herramientas adecuadas a cada colectivo para que pueda salir adelante es una prioridad. “Es muy gratificante ver cómo una familia o una persona, consigue salir adelante gracias a la ayuda que proporcionamos para que lo logren por ellos mismos”. Situaciones vulnerables que han ido cambiando con el tiempo e incluso el perfil de los demandantes de ayuda.
Existen muchos colectivos en riesgo de exclusión y “desde 2020 con la llegada del Covid o la guerra de Ucrania ha sido un no parar”. Miriam resalta que, por su experiencia, la gente que pide ayuda es porque de verdad lo necesita, “hay personas que perdieron su trabajo con la llegada de la pandemia y se quedaron estancados. Gracias a los cursos formativos o por el asesoramiento que se realiza, conseguimos que intenten volver al mundo laboral”. Con los mayores se sigue trabajando mucho desde 2020: “Son personas que han estado encerradas en casa por miedo al Covid y gracias a diferentes talleres han logrado tener rutinas que les han devuelto la ilusión por relacionarse y salir”.
Un trabajo de lucha contra la soledad que no se queda en la sede de Cruz Roja cuando los mayores acuden. Miriam sonríe cuando cuenta como “el otro día hablando con una usuaria de las Alexas, ella estaba muy contenta, porque hablaba con otros usuarios o por cada vez que le llamaban para preguntarle por cómo se encontraba”.
Una interrelación que se extiende cuando diferentes grupos, de diferentes edades, participan en actividades conjuntas. Miriam subraya que “las personas mayores tienen una gran experiencia de vida de la que todos podemos aprender, mientras que colectivos más jóvenes les están ayudando a familiarizarse con la tecnología que en ocasiones les cuesta entender”.
Un entendimiento que se complica mas cuando hablamos de refugiados. Personas que tienen unas necesidades determinadas porque, como explica Miriam, “han salido corriendo de sus hogares sin nada”. No conocen el idioma del país que les recibe y a Cruz Roja les proporciona personas que puedan ayudarles en ese proceso de integración.
El dinero es necesario para el sostenimiento de cualquier entidad, pero la nueva presidenta pone el acento en que hacen falta, sobre todo, voluntarios. “Es fundamental colaborar de forma presencial. Por ejemplo, hacemos acompañamientos de personas mayores a los hospitales. De esta forma podemos saber qué dolencias tienen o explicarles qué les ocurre porque en ocasiones no les ha quedado claro qué deben hacer”.
Para Miriam, existen muchas formas para ayudar de una forma integral y en todas, hacen falta manos. “Hay muchos campos con los que colaborar, tanto si está relacionado con tu profesión como si no es así. Hay personas que trabajan como administrativos y han llegado aquí para ayudar en cualquier otra cosa, lejos de sus habilidades profesionales, solo por ayudar a quien lo necesita”. Toda ayuda es poca.
Cruz Roja cuenta con un servicio de Teleasistencia pensado para que las personas, en especial las mayores, puedan desarrollar su vida con independencia y tranquilidad sabiendo que cuentan con alguien pendiente de ellas las 24 horas del día, para atenderlas ante cualquier emergencia y ayudarles a cuidar de su salud y bienestar. Dispositivos pensados para utilizarse desde un teléfono móvil, el botón rojo en casa o incluso desde un smartwatch. Ante una emergencia, te localizan, se comunican contigo y empieza el trabajo, si es necesario, de una ambulancia de Cruz Roja.
En el día de puertas abiertas, dos voluntarios han enseñado y explicado esta asistencia. Técnicos asistenciales preparados para esa primera intervención. Los técnicos explicaron el equipo con el que cuentan, “una mochila de ataque para subir a los domicilios, materiales de inmovilización, collarines o camillas cuchara para movilizar a los pacientes”. Un equipo preparado casi con todo y para añadir lo que sea necesario según las circunstancias. Asistido por voluntarios, que como nos cuenta uno de ellos, solo le mueve “la vocación” .