GETAFE/Varios (04/09/2023) – Los suelos laminados y vinílicos se han convertido en opciones muy populares de pavimentos con los que vestir las distintas estancias de un hogar. Ambos tienen características que comparten y otras muy distintas. Lo mejor es contar con toda la información para decidir cuál será mejor para instalar en casa.
El suelo laminado se distingue por su construcción a partir de diversas capas que se ajustan a un panel de fibra de alta densidad, conocido como HDF. Generalmente, estos suelos incluyen al menos una capa protectora, otra con diseño y una última que nivela la superficie.
Por otro lado, el suelo vinílico está compuesto por un revestimiento plástico elaborado a partir de policloruro de vinilo o PVC, de ahí su nombre. Al igual que los suelos laminados, también se dividen en múltiples capas. Sin embargo, son las propiedades inherentes a cada material las que principalmente marcan la diferencia entre ellos.
Suelos laminados vs. suelos vinílicos. ¿En qué se diferencian?
Los suelos laminados y vinílicos comparten similitudes y presentan propiedades similares en varios aspectos. No obstante, tienen diferencias que podrían ser determinantes para inclinarse por uno u otro. Como ya hemos comentado, el coste de cambiar el suelo de una casa entre el laminado y vinílico no es el mismo, y estas son sus diferencias principales:
Composición. La primera diferencia radica en su estructura material. En el caso de los suelos laminados, se utiliza HDF o fibra de alta densidad; por otro lado, para los suelos vinílicos se emplea PVC.
Instalación y mantenimiento. Tanto en el caso de los suelos laminados como en el de los vinílicos, estas labores son simples y eficientes, lo que constituye una de sus ventajas principales en comparación con otros tipos de suelos. No obstante, es importante señalar que debido a la mayor propensión de la madera a la dilatación, al instalar suelos laminados se deberá prestar una atención especial a las juntas de dilatación, las cuales necesitarán un poco más de espacio.
Impermeabilidad. Los suelos vinílicos son 100 % resistentes a la humedad, por lo que se pueden colocar sin problemas en cocinas y baños. En contraste, en el caso de los suelos laminados, esta característica no es universal y solo se encuentra en aquellos que incorporan una capa específicamente destinada a esta función. En Paviservi, por ejemplo, cuentan con colecciones Aquaprotect AC5 4V de suelos laminados resistentes al agua.
Cualidad de silencioso. El suelo vinílico destaca en este aspecto al proporcionar un ambiente más silencioso. No obstante, la insonorización también es posible en los suelos laminados, siempre y cuando cuenten con una capa dedicada a este propósito.
Calefacción por suelo radiante. Ambos pueden ser colocados sobre un suelo radiante, aunque se sugiere más el uso del suelo vinílico, ya que posee una mayor capacidad de conducción del calor.
Resistencia a rayaduras. A pesar de ser una distinción sutil, los suelos laminados presentan una ligera ventaja en términos de resistencia a arañazos y roces en comparación con los suelos de vinilo.
Sostenibilidad ambiental. En el duelo ecológico, los suelos laminados ganan la batalla frente a los suelos vinílicos, puesto que están conformados por un recurso renovable, reflejando así un mayor respeto con el medio ambiente. Asimismo, su proceso de fabricación implica un consumo energético más reducido.