GETAFE/Varios (15/06/2023) – La dificultad de la gestión del tiempo en la sociedad actual se hace más patente en grandes ciudades como Madrid debido a su estilo de vida. Y es que, la correcta gestión del tiempo es la base para evitar el estrés y la ansiedad. De hecho, en la actualidad, una de las principales causas de estrés es la falta de tiempo. No es de extrañar si para sobrevivir hay que hacer una jornada de ocho horas, casi siempre partida, y luego ocuparse de las tareas del hogar. Al final, apenas queda tiempo para otras actividades de ocio o desconexión.
Por otro lado, el estrés laboral y el académico son dos de los factores que más influyen en los trastornos de ansiedad. Tal y como están diseñados los actuales sistemas educativos y laborales y el funcionamiento de las sociedades capitalistas, el tiempo se ha de emplear casi exclusivamente en producir. Así, la falta de horas de sueño y de tiempo para el ocio, está creando una sociedad emocionalmente desequilibrada, donde los problemas de salud mental son cada vez más comunes.
Por este motivo, el centro de psicólogas en Retiro Bangardia Psicología Aplicada de Madrid, han creado un espacio donde dar asistencia en psicología clínica y a atención psicoeducativa. Este centro madrileño está especializado en terapias de tercera generación, como son: El Mindfulness Based Therapy, la Terapia Analítico Funcional, la Terapia de Aceptación y Compromiso; y la Compassion Based Therapy.
Según Aida López Gomez, cofundadora y directora técnica asistencial de Bangardia Psicología Aplicada, la evidencia científica ha demostrado que la psicología con terapias contextuales o de tercera generación funcionan. Por ello, las sesiones de psicoterapia de este centro van encaminadas a facilitar cambios hacia el crecimiento personal, familiar y profesional. Además, ofrecen servicios tanto de manera presencial como online, en castellano e inglés para que el mayor número de personas pueda beneficiarse de esta metodología.
Por otra parte, y en cuanto a la gestión del tiempo, esta profesional de la psicología da las claves para lograrlo de manera eficaz. En primer lugar, hay que ordenar las tareas, mediante la confección de una lista de prioridades, ya sean estas laborales, personales o familiares. A continuación, hay que distribuir un tiempo realista para cada tarea de manera que quede claro en cuánto tiempo se va a llevar a cabo y en qué orden. Esto elimina la sensación de caos y confusión y ayuda a ganar tranquilidad.
En segundo lugar, el sobrevalorado multitasking está demostrado que no funciona. Lo mejor es afrontar una tarea por vez, de esta forma se recupera la sensación de control y se reduce notablemente la ansiedad. En tercer lugar, asumir la posibilidad de que habrá tareas que no se podrán llevar a cabo si es totalmente imposible encajarlas en el horario definido o en el plazo establecido. Priorizar es la clave, y con ello habrá ocasiones en las que haya que posponer o descartar alguna tarea.
En cuarto lugar, una buena herramienta es centrarse en lo logrado en vez de en lo que queda por alcanzar. Cada vez que se termine una tarea es un paso más que se da hacia el objetivo final y eso aporta satisfacción y alivia la presión. Por último, es importante elegir bien las tareas en las que nos queremos enfocar, puesto que, si abarcamos muchas cosas, lo más probable es que la frustración no tarde en aparecer por la puerta. Una vez elegidas las tareas, compromisos o cosas que queremos llevar a cabo, si lo ordenamos adecuadamente y miramos hacia adelante, lo más probable es que hasta encontremos tiempo para relajarnos.
Y hablando de relajación, separar cinco o diez minutos entre tanto ajetreo para desconectar y descansar la mente es fundamental. Podemos hacerlo cambiando de escenario, haciendo algo diferente o simplemente tomándonos un respiro para observar a través de una ventana sin pensar en nada. Ese cambio que parece tan insignificante es tremendamente importante para la salud mental, ayuda a aliviar el estrés y nos ayuda a recuperar la calma.
En una sociedad donde manda el capitalismo, producir y consumir son las dos tareas principales de la población. Producir hasta límites insospechados, no solo mediante una jornada laboral extenuante durante la mayor parte de la vida, sino también y recientemente a través del ocio. La expansión de las redes sociales ha hecho que millones de personas se sientan obligados a actualizar compulsivamente sus perfiles públicos, subiendo contenido casi de manera continua.
De la misma forma, no solo se produce contenido para volcarlo en las redes sociales, sino que también se consume contenido de otros usuarios, además por supuesto de consumir comida, bebida, ropa, tecnología y todo tipo de productos y objetivos, en su mayoría innecesarios. Esta necesidad de producir y consumir continuamente produce una sociedad ansiosa, en una huida hacia adelante que solo lleva al desequilibrio emocional y mental.