GETAFE/A fin de cuentas (31/03/2023) – “Ustedes por su lado y yo por el mío”. Ayuso rompió todos los puentes con Vox, de una forma airada y teatralizada. En el último Pleno de la legislatura en la Asamblea, cuando ya poco podían acordar o discrepar, la presidenta se desmarca de su socio preferente con aspavientos y escenificación de hartazgo. Hasta el 29 de mayo. No, eso no lo ha dicho, claro. Pero, ¿alguien duda con quién se sentará a hablar si sus votos no son suficientes?
No pueden romper la cuerda y actúan con cuidado para tensarla lo justo y hacer ver su distancia, irreal, con unos socios incómodos, pero necesarios. Vox y PP tienen unidos sus destinos. Como esos matrimonios mal avenidos que discuten, se tiran los trastos a la cabeza pero noche tras noche duermen juntos.
La campaña electoral a veces se convierte en una mala obra de teatro, en la que los actores ni se creen el personaje pero cobran una entrada a precio de Óscar. Algo así pretende hacer Ayuso con su ridícula maniobra de poner tierra de por medio con Vox. ¿Como en la moción de censura con una absurda abstención? ¿Será que el último portazo de Casado les costó demasiado en las negociaciones posteriores que ahora Feijoo, en eso sí, apuesta por la tibieza? Te doy, pero lo justo para que no te duela demasiado, no vaya a ser que después ni siquiera me apruebes unos presupuestos, como ya han hecho.
Si hay que pactar, se pacta. Eso ya lo hemos vivido antes. Y si hay que poner una vicepresidenta como Monasterio sin cargo, pues se pone, que ejemplos hay en otras Comunidades. Quien vote a Ayuso, quien vote al PP, debe hacerlo con la conciencia preclara de que su destino está unido al de Vox. Y aún no sabemos la dimensión que puede llegar a alcanzar un gobierno en común.
Igual que el PSOE tiene claro cuál es su socio preferente y ha escuchado a sus militantes: mirará siempre a la izquierda para tejer alianzas. Porque allí están las banderas de la escuela pública, de la sanidad pública, de las pensiones, de aquello que nos hace ser sociedad. De aquello que nos hace más personas.
Y ahora, cojamos palomitas y veamos el espectáculo. Pero con espíritu crítico, por favor.