GETAFE/Educación (01/03/2023) – El testimonio de una madre, del CEIP Seseña y Benavente de Getafe, que tiene dos hijos en aulas TEA (Trastorno del Espectro Autista), logra que todos los grupos políticos del Ayuntamiento de Getafe, incluidos los de la derecha, voten a favor de una proposición presentada por Más Madrid, Unidas Podemos y Partido Socialista, solicitando que se dote a los centros públicos de Getafe, de suficientes recursos para el alumnado de Necesidades Educativas Especiales (NEE).
La falta de profesionales de NEE en esta localidad se viene denunciando por parte de la comunidad educativa desde hace años. Desde las asociaciones de padres y madres, docentes y la Plataforma por la Escuela Pública de Getafe se ha exigido al gobierno de la Comunidad de Madrid que aumente los recursos destinados a la educación inclusiva en los centros públicos de Getafe y en toda la Comunidad de Madrid.
Es habitual que cada año los equipos directivos de los centros reclamen la dotación de más profesionales y que la administración educativa haga oídos sordos. En el pasado curso el profesorado del CEIP Miguel Hernández, con el apoyo de la AMPA, llegó a convocar una huelga para exigir la dotación del personal necesario para este centro.
El CEIP Seseña y Benavente se encuentra enclavado en el Barrio de El Bercial, en el que se ha producido un aumento de población escolar en los últimos años y que ha provocado un aumento desmesurado del alumnado en este centro. Está especializado en la escolarización de alumnado TEA y la dirección del centro ha estado reclamando un orientador más y un profesional TIS (Técnico de Integración Social), para poder atender al alumnado de NEE que requiere apoyo educativo.
Ante esta falta de respuestas, las familias de alumnos del centro, reunidas en una asamblea, decidieron, entre otras medidas presentar una petición a los grupos municipales, para solicitar la dotación del personal docente que vienen reclamando.
Beatriz, que tiene dos hijos de estas características, manifestaba en el pleno cómo afectaban las carencias de profesionales de orientación a la vida diaria de sus hijos, especialmente del más pequeño. Su hijo mayor fue valorado hace unos años y recibe formación habitual en el aula TEA. El más pequeño de ellos (de cuatro años) aún no ha podido ser valorado, por carecer el centro de orientadores suficientes, esto impide, entre otras cosas, que pueda ser asistido por un TIS y que por ello, en muchas ocasiones, tengan que ser sus compañeros y compañeras de clase los que tengan que ayudarle para realizar algunas actividades básicas.