GETAFE/Varios (03/01/2023) – La salud dental se resiente también con el paso del frío. El invierno es un momento en el que la sensibilidad dental hace de las suyas porque el contraste del aire frío con los caldos y bebidas calientes pone a prueba no solo el esmalte sino, sobre todo, la dentina, el núcleo del diente que es el conducto hacia el nervio, que es en realidad quien reacciona ante los cambios de temperatura.
Desde Witizz, clínica dental en Móstoles, tienen claro que hay una serie de pautas a recomendar para pasar lo mejor posible esta sensación y, sobre todo, ir mejorando.
Sufrir esta dolencia no siempre es sencillo. Aunque el invierno pone en jaque con el calor a muchos, el verano con los helados y las bebidas frías no se queda atrás.
En primer lugar, cualquier especialista dental lo que buscará será descartar otros problemas que puedan provocar esa sensación de calambre o dolor ante las temperaturas. Una vez que está claro que tiene que ver con la transferencia a través de la dentina al nervio, es el momento de tratar de ponerle remedio.
En primer lugar, se puede plantear el uso diario de un dentífrico específico para esta dolencia que, por sus componentes, poco a poco consigue ir desensibilizando las piezas dentales hasta hacer más llevadero el cambio de la temperatura en el esmalte dental.
También hay un tratamiento basado en la fluorización de la zona, que se hace en las consultas de los dentistas, que mejora sustancialmente la sensibilidad con el paso de las sesiones.
Además, la prevención es clave y llevar una buena higiene y revisiones puede ayudar a que las encías y piezas dentales salgan reforzadas para evitar dolencias como las que nos ocupan.
“Aunque ya la población está más que hecha a la idea de que es necesario tener una salud bucodental buena para evitar dolencias, lo cierto es que hay que seguir insistiendo que, al igual que con cualquier malestar se va al médico, con cualquier sensación distinta en la boca es necesario acudir a los dentistas. Esto evitaría luego tratamientos más costosos e incluso pérdida de piezas y dolencias como la sensibilidad. Es clave la prevención y, como en los coches, el mantenimiento” explican.