GETAFE/Varios (29/11/2022) – Euribor es un acrónimo para Euro Interbank Offered Rate.
En pocas palabras, el Euribor es un promedio de las tasas de interés a las que los bancos europeos se prestan dinero entre sí. Es lo que suele denominarse, “el precio del dinero”. No se trata de una única tasa de interés, en contra de la creencia popular. En realidad, existen 5 tipos de Euribor diferentes, todos con diferentes fechas de vencimiento, correspondientes respectivamente a una semana, y a uno, dos, tres, seis y doce meses.
El Euribor es calculado y publicado diariamente a las 11:00 am, de acuerdo a la hora de Europa Central. Sin embargo, cabe destacar que las cifras publicadas son un promedio redondeado a tres decimales de las tasas de interés. En dicho cálculo se eliminan el 15% más alto y el más bajo de todas las cotizaciones recogidas. En el caso de las hipotecas, el tipo de Euribor utilizado como referencia es el correspondiente a 12 meses.
Para obtener cifras específicas, lo mejor es consultar las tasas de Euribor actuales para verificar su descripción general. A continuación, te hablamos un poco sobre la historia del Euribor, como se terminan las tasas de interés, su importancia y como se relaciona con las hipotecas y el precio de la vivienda.
El 30 de diciembre de 1998 se publicaron las tasas del Euribor por primera vez. Este evento esta relacionado con el Tratado de la Unión Europea, el cuál entra en vigor en 1993, y posteriormente la introducción del euro como moneda el 1 de enero de 1999. Podría decirse que se trato de una reacción en cadena, la cual produjo un cambio radical en el marco de la política monetaria tanto en Europa como en el resto del mundo.
El Tratado de la Unión Europa del 93 prevé la consolidación de una Unión Económica y Monetaria en la forma de una moneda única. El 15 de diciembre de 1995 en Madrid se acuerda la creación de una unidad monetaria europea en común que sería denominada euro. Originalmente, se pretendió introducir el euro de manera gradual, siendo el 1 de enero de 1999 su fecha de puesta en circulación oficial. Sin embargo, la fecha oficialmente prevista fue retrasada por diferentes motivos, y el euro no comenzó a circular en la euro-zona sino hasta enero del año 2002.
A partir de este momento, los sistemas monetarios independientes de los once países que conformaban la Unión Europa fueron depuestos paulatinamente. En primer momento estos países fueron Alemania, Austria, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos y Portugal. Posteriormente, países no pertenecientes a la Unión Europa tales como Ciudad Vaticano, Mónaco, San Marino y Grecia fueron incorporados al tratado.
El Euribor comenzó a publicarse en el año 98, y desde entonces se ha utilizado como una herramienta de referencia para contratos basados en tasas de interés a plazo, contratos de futuros de interés a corto plazo y los denominados interest rate swap. Es un sistema similar al LIBOR, utilizado para regular las tasas en libras esterlinas y dólares estadounidenses. Otras tasas de referencia nacionales de la época, como el PIBOR de París, el FIBOR de Frankfurt y el Helibor de Helsinki se fusionaron con el Euribor el 1 de enero de 1999.
El Euribor es calculado diariamente por el Instituto Europeo de Mercados Monetarios, basándose en los tipos de interés solicitados por los bancos de la eurozona. El proceso es el siguiente:
Un panel representativo de los bancos europeos proporciona cotizaciones diarias de la tasa de interés del euro en base a los depósitos interbancarios a plazo dentro de la eurozona. Cada panel bancario debe ingresar sus datos para antes de la las 11:00 am todos los días. A las 11:02 am el GRSS (Global Rate Set Systems) publicará la tasa de referencia en los proveedores de información pertinentes, tales como Refinitiv o Bloomberg.
Esta tasa de interés es una cifra redondeada basada en la información proveída por los bancos. Eso significa que las cifras del Euribor son determinadas por una serie de factores económicos a nivel continental, tales como las tasas de oferta y demanda, el aumento de inversiones, la producción de bienes y servicios, el gasto y el consumo energético, y por supuesto la inflación.
Los préstamos hipotecarios pueden estar sujetos a tasas de interés fijas o variables, dependiendo de cada caso. En las hipotecas de tipo variable, la cantidad que debe pagarse cada año depende de dos factores: el componente diferencial (la parte fija que se suma al Euribor y que es previamente negociada con el banco), y el índice de referencia (la tasa de interés que se suma al diferencial y que en la mayoría de los casos usa como referencia al Euribor).
Como consecuencia, el interés hipotecario que se debe pagar al banco es determinado en gran medida por el Euribor. Significa que, si cae el índice del Euribor, también bajan los intereses de la hipoteca, y si el índice sube, los intereses de la hipoteca suben con él. Estas cifras también afectan el interés de todo tipo de productos financieros, tales como contratos financieros, créditos personales, depósitos bancarios e incluso cuentas de ahorro.
En los últimos tiempos, la subida del Euribor a afectado negativamente la economía de la familia promedio española. Solamente este año, los préstamos hipotecarios variables han subido en un 40%, y las referencias de las tasas de interés han subido hasta tres puntos, siendo el mayor incremente del que haya habido registros.
La subida del Euribor a afectado negativamente el mercado de la vivienda. Cada vez más familias deciden huir de la inflación en préstamos hipotecarios, abandonando la idea de adquirir una nueva vivienda y optando en su lugar por realizar una renovación. De hecho, según datos del Ministerio de Fomento, solo este año el número de reformas en viviendas ha aumentado hasta un 5,4%. La reforma en Madrid capital en particular es la que ha mostrado más índices de crecimiento.
Debido a esto, el Consejo de ministros ha decidido aprobar una serie de medidas que limiten el impacto de la subida del Euribor en el país, en un intento de proteger los intereses del colectivo y las familias más vulnerables. En consecuencia, la duración de las hipotecas de tipo variable se ha alargado hasta siete años para que la cuota mensual sea menor.