GETAFE/Reportaje (25/05/2022) – Los primeros recuerdos de la Bajada de la Virgen los tiene marcados en la cabeza como si fuera una película: de espaldas, de la mano de su abuelo, con pantalones de terciopelo negro y camisa con chorreras, por la calle Arboleda, de camino a ver la imagen que llegaba desde el Cerro. “Ya se ve la corona, ya está llegando, gritaba la gente”. Han pasado varias décadas desde aquello, pero aún perdura la emoción del momento, y este año “el orgullo”. Javier Pleite se estrena como Hermano Mayor de la Congregación de la Virgen de los Ángeles, un puesto que ha asumido tras la renuncia de Cándido Maroto el pasado mes de septiembre. Una serie de malentendidos entre la Congregación y el Ayuntamiento a cuenta de las fiestas que se realizaron durante ese mes, en las que no se recuperaron los actos religiosos, propiciaron su marcha. Pleite, que estaba fuera de la ciudad durante la polémica, asumió la dirección tras la marcha de Maroto. Y en abril fue ratificado como Hermano Mayor.
Hoy todos han pasado página y, junto al Ayuntamiento se preparan para el momento más ilusionante del año: la Bajada de la Virgen. El jueves de Ascensión, la imagen volverá a recorrer las calles de la ciudad tras dos años de ausencia. Uno de los momentos más esperados, que llegará con sorpresas. “Este año la Imagen de Santa María Magdalena saldrá de forma extraordinaria a buscar a la Virgen a la Glorieta del General Polanco”, donde se juntan también las autoridades y se entrega el bastón de mando de la ciudad. Un hecho histórico. Esta fórmula permitirá dar solución a los Mayordomos Menores (aquellos que cumplen 15 años en el año en curso) que no han podido procesionar en 2020 y 2021, y que tendrán su oportunidad a lo largo de estas fiestas.
Otro hecho histórico se producirá con la Procesión de las Antorchas, que solo se realiza a petición, en este caso, de la directora de la Nazarenas, una orden que cumple 350 años. El viernes 10 de junio procesionará por las calles de Getafe, pasando por la Ermita del Santo de San Isidro que también celebra el cuarto centenario de su canonización, y dormirá en el colegio, desde donde saldrá al día siguiente el Rosario.
Otra de las novedades son “los lienzos del monumento. Los hemos restaurado y los estrenamos”, cuenta Javier Pleite, que trabaja contrarreloj para que todo salga bien. Son muchas cosas las que organizar. Sus cuatro años en la junta directiva de la Congregación han sido atípicos, incluyendo la idea de organizar “una Bajada virtual en 2020, cuando aún estábamos encerrados. Salió muy bien”. La Salve regresará también a la Catedral de la Magdalena, con pantallas en el exterior para que puedan seguir el momento aquellos que no puedan acceder al templo.
Aún no se sabe el manto que han elegido las camareras para la Bajada de la Virgen. “Es un secreto”, confiesa Pleite. Aunque en los últimos años han intentado recuperar algunos ropajes históricos y antiguos que no se habían utilizado tanto. Las pelucas y los ropajes ya están listos, las camareras se han esforzado en que la Virgen luzca como nunca y también los mayordomos que acompañarán a la imagen, los mismos a los que correspondía salir en 2020. A Pleite le tocó salir en 2007, cuando tenía 40 años. Ahora los mayordomos rondan los 45. “Inscriben a los niños con dos o tres años, y lo único que pedimos es que estén bautizados”. Toda una vida esperando este momento.
En el Cerro esperará la tortilla “de patatas”, lo de la de alcachofas es poco más que un mito. Y la limonada correrá por las casas. Ya no se repartirá en el Bar Plaza, que es una de las ausencias que se echará de menos. La ofrenda floral, el día del niño, el del enfermo, e incluso la “misa de difuntos, que para mi es la más bonita, la más emotiva”. Se recuperan todas las tradiciones, hasta que el domingo 12 de junio la imagen vuelva a su ermita a descansar.