GETAFE/Un minuto en el Museo (25/02/2022) – Así se titula un magnífico libro sobre nuestro ‘Hospitalillo’, escrito por Marcial Donado y Víctor Manuel Muñoz el año 1993 y que tenéis disponible en nuestro Museo Virtual.
No voy a poner más de mi cosecha; me limitaré a copiar unos párrafos del capítulo ‘Viejo Hospitalillo’ escritos por Víctor Manuel que expresan, mucho mejor que lo haría yo, lo que fue el Hospital, lo que es este libro y los méritos de su otro autor Marcial Donado:
Aquí acuden en tropel escenas y personajes que se hallan reposando su sueño de siglos en el polvo de antiguos legajos y raídos manuscritos. Fantasmas egregios que dejaron una huella indeleble entre las paredes del Hospitalillo; míseros despojos de seres recordados o desconocidos que entregaron su alma en las manos piadosas de nuestros médicos, enfermeros y monjas de la Caridad; pobres enfermos que curaron sus dolencias gracias a la entrega y generosidad de nuestras gentes; convecinos nuestros que se refugiaron tras los muros de nuestro hospital y que fueron víctimas de la rapiña de las tropas napoleónicas; otros cuyas heridas restañaron nuestros cirujanos, para ocultar tal vez otras heridas más profundas, heridas en el alma por el recuerdo de una guerra fratricida.
Unos párrafos después, Víctor Manuel continúa:
Debo admitir que esta idea (la de escribir el libro) me ilusionó desde el principio. Y que esta ilusión me impulsó a revolver, emocionado y febril, antiguos textos y documentos para perseguir las huellas de este histórico Hospital.
Pero también debo reconocer, sin paliativos, que muy poco se habría conseguido si no hubiera sido por la encomiable labor, paciente, concienzuda e infatigable de ese investigador, cuyos meritorios trabajos de búsqueda, lectura y transcripción de vetustos documentos no han sido aun suficientemente reconocidos.
Me refiero, naturalmente, a quien, con todo honor, encabeza este libro, Marcial Donado, a quien deseo tributar mi agradecimiento personal y traspasarle todos los aplausos o parabienes que esta obra pudiera cosechar. Si, por el contrario, no hay aplauso, su labor de historiador local, de «rastreador incansable» de nuestra historia, seguirá siendo igualmente admirable.
Me sumo a lo que se dice de Marcial Donado, a quien conozco y cuya gran labor por Getafe admiro. Solo me queda animar a la lectura de este libro y a su difusión.