GETAFE/Varios (14/1/2022)- Alimentarse. Algo tan básico en el ser humano es, para algunos, un problema debido a cómo su boca hace el gesto de mordida.
Si durante muchos años eran los más pequeños los que iban al dentista en busca de una correcta alineación de sus dientes, cada vez son más los adultos los que han visto necesario pasar por consulta para revisar cómo afecta la mordida a su salud.
¿Qué puede llevar a pensar que es necesario hacer algo?
Para empezar, lo que es necesario es conocer las consecuencias. Morder mal, más allá del incordio, hace que el aparato masticatorio se vea forzado a funcionar mal, lo que trae consigo ciertos problemas añadidos más allá de la simple estética.
Palabras y dolencias como el bruxismo, los problemas digestivos, respiratorios o, incluso dolores de cabeza se relacionan directamente con una mala posición mandibular.
Pero también, un síntoma claro de que algo no funciona como debe, tiene que ver con la pérdida de piezas que, por ejemplo, se van dañando hasta romperse.
Hay que tener en cuenta que el ser humano necesita masticar correctamente no solo para alimentarse sino que es el primer eslabón del aparato digestivo. Hacer ese gesto mal supone un sobreesfuerzo a nivel muscular, lo que lleva a daños en cuello, espalda, cabeza e, incluso, dañar huesos, encías o alterar el sueño.
¿Qué tratamientos existen? En realidad la alineación de la mordida es un tratamiento que, cogido en la infancia, por los avances odontológicos, necesita de tan solo unos meses para estar solucionada.
En el caso de adultos, aunque es muy factible tratarlo, dado que los huesos son más duros, se tarda un poco más pero, en cuestión de meses, la calidad de vida mejora hasta llegar a la finalización del tratamiento cambiando la forma de afrontar la hora de comer y, en consecuencia, la salud.
«Es necesario que las mandíbulas superior e inferior encajen de la mejor forma posible. Es hoy en día cuando de verdad se está dando relevancia a algo como esto y tiene mucho que ver con los estudios que han demostrado que la calidad de vida de quien sufre maloclusión se ve comprometido» explican desde Entadent.