GETAFE/Entrevista (29/11/2021) – ¿Qué hace un matemático hablando de ludopatía? Alberto Coto, heptacampeón del mundo y récord Guinness de cálculo mental, lo tiene claro. “El juego es matemático”. Y aunque hay una parte que apela al ámbito emocional que se aborda con psicólogos y expertos en la materia, “el matemático va siempre a la parte racional. Al final los números no mienten y lo que nos dicen es que los casinos, póker online o todo el juego donde hay un negocio detrás, quien va a ganar es la banca. Obviamente”.
Aprendió a calcular jugando a la baraja. Al tute. Con sus hermanos mayores. “Contaba cartas y eso me valía para ganar porque controlaba todo y calculando ganaba. Me gusta el juego porque es muy matemático”. Alberto Coto, heptacampeón del mundo y récord Guinness de cálculo mental, sin embargo, participa en una iniciativa del Ayuntamiento de Getafe contra la ludopatía, dando charlas en institutos del municipio. “¿Qué sucede? Aplico mi lado racional y juegos en los que yo tengo desventaja, no juego: procuro jugar con la probabilidad a favor. Como en este caso concreto no lo voy a conseguir, no juego. Si pudiera tener alguna fórmula para ganar un 54% de las veces me lo plantearía; pero no la hay. En los tiempos modernos no la hay”
Sus charlas son didácticas, prácticas. Les muestra a los chavales algunos trucos con el cálculo, cómo lo entrena, cómo se prepara. “Lo que les digo siempre es que no hay que demonizar nada: mi único objetivo en esta charla es que utilicen el lado racional. Estudiar un poco de probabilidad, de matemáticas, controlar cómo funcionan los juegos, utilizar la lógica y a partir de ahí que decidan si les conviene o no. Siéntete libre pero con conocimiento de lo que estás haciendo”.
Porque muchas de las adicciones al juego vienen de la creencia “de que pueden ganar. Buscan una racionalidad pero que es contraria a la realidad; engañosa, no es correcta. Quiero que sepan cuál es la racionalidad correcta y que nadie les engañe. En Youtube pones cómo ganar a cualquier cosa y te aparecen supuestos métodos: hacen esos vídeos para hacer creer que se puede”. ¿Pero hay algún modo de engañar a la banca? Coto es contundente. “No hay ningún resquicio. Un casino que se precie tiene a los mejores analistas de big data, matemáticos que van filtrando las cuotas… es absolutamente imposible ganar”.
Casos históricos reales (“otros son leyenda urbana que ayudan a generar expectativas”) como los de los estudiantes del MIT que montaron un equipo de blackjack para romper la banca en Las Vegas, ya no son posibles. “Eran chavales con talento, con buenos estudios matemáticos y del juego, agilidad en el cálculo y consiguieron tener un poquito de ventaja en relación a los casinos. Pero hablamos de un barajeo de dealer, de crupier; actualmente el blackjack se juega con 6 mazos de cartas y un barajeo continuo con máquina: es literalmente imposible contar en los tiempos modernos. No hay resquicios para ganar al sistema”. Solo una opción: “Si juegas de igual a igual, con otra persona y tú juegas mejor y cuentas cartas, puede ser. Online es absolutamente imposible de controlar: no sabes contra quién estás jugando. Contra un robot que calcula millones de jugadas por segundo, profesionales que están allí pagados… es imposible”.
Hay jugadores profesionales, de póker, por ejemplo. “Se puede vivir de ello… pero incluso ahí la primera recomendación es que tienen que estudiar matemáticas y calcular rápido. Una cosa es eso y otra cosa son juegos que están trucados y donde la casa de apuestas tiene un porcentaje superior de ganar: ya no es jugar, es otra cosa diferente”. Pero incluso para ser jugador de póker profesional hay que tener aptitudes extraordinarias. “Coincidí en una ocasión con uno que había trabajado para los servicios secretos del Mossad. Un tipo que seguro que te lee los gestos, la mente, que sabe engañarte”.
Ni siquiera en las apuestas deportivas hay un factor de ventaja. “Yo hacía la quiniela con mi padre. Me sabía las clasificaciones de los partidos de memoria, los goles a favor, los goles en contra, estadísticas, cómo estaban los jugadores en ese momento, la necesidad de los puntos… lo tenía totalmente dominado. Y nunca acertaba”. No se trata de saber.
Pero en el juego se puede tener un golpe de suerte. “El azar te dice eso. Funciona en términos porcentuales: si lanzas una moneda 10 veces al aire te puede salir un 70% contra un 30%. Pero si la lanzas 100.000 veces, nunca te va a salir 70.000-30.000”. El porcentaje siempre va rondar el 50%. “Si la casa de apuestas juega con un 53% a favor ahí ya no hay manera de ganar con el azar. El azar puede ser en momentos puntuales, pero en el medio y largo plazo, mucho jugar te acaba pasando por encima”.
El juego engancha porque suma la necesidad de ganar, al convencimiento de que el golpe de suerte está a punto de llegar. “Y también los golpes de mala suerte. Si tienes 48 golpes de suerte y 52 de mala suerte, significa que vas a perder 4. Y cuanto más lo hagas… El problema que tienen las casas de apuestas para la adicción es que es algo muy instantáneo… y también ganas: ganas, pierdes, pierdes, ganas… te da la sensación de que puedes ganar. Y las matemáticas lo que dicen es que cuanto más se juegue, acabas perdiendo”.
Le preguntan si ha jugado en los casinos, si tiene una fórmula para ganar. “Y simplemente hay que saber cómo funcionan los números y ser prácticos”. Los chavales se hacen fotos con él cuando acaba sus charlas. “Si no creyera que algún mensaje llega, no lo haría”.
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