GETAFE/Varios (28/10/2021) Se acerca el día de Todos los Santos, y muchos de nosotros volvemos nuestra atención a los amigos y parientes que ya no están entre nosotros físicamente. Es una fecha para recordarles y honrar su memoria, bien cómo para compartirlo con los que todavía pueden hacerlo.
Además de las visitas a los cementerios de todo el país, muchas familias se reúnen estos días para compartir los buenos recuerdos. Con las redes sociales, ahora es posible hacerlo a distancia. Sin embargo, son redes generalistas, enfocadas al intercambio de contenidos de todo tipo.
Una empresa madrileña ha identificado la necesidad de crear un espacio más especializado en la publicación de recuerdos, para unir a personas con intereses y una realidad similar. Así nació www.livecobo.com, la primera red social de memoriales en línea que permite la publicación de recuerdos personalizados tanto de personas como de mascotas fallecidas.
Su creador es el empresario Alberto Cobo Díaz. De ahí el nombre de la red LiveCobo, «Live», de la vida que mantenemos con ilusión, pasión, humildad y respeto, y Cobo por su propio apellido, heredado de su madre y antecesores, como un legado para sus propios descendientes. Según Alberto, su principal motivación fue la de poder dar vida a los buenos recuerdos que tenía de sus parientes y amigos de su pueblo natal, que con el pasar de los años se van volviendo cada vez más lejanos. Según él mismo dice:
«Mi pena surge cuando todos mis recuerdos se han simplificado a leves recuerdos de ciertos momentos. Me cuesta poner cara a mis abuelos y, mucho más, al resto de los vecinos del pueblo y de mi ciudad de los que, aunque guardo algunos recuerdos, no guardo ninguna fotografía.«
En LiveCobo, cuyo desarrollo está a cargo de la empresa Iberactiv, es posible compartir fotos, vídeos, sonidos, historias, enviar regalos virtuales y mucho más. Nos permite unir nuestra red de familiares y amigos para compartir esos buenos buenos momentos, ya sea por intereses comunes o por ubicación geográfica.
Ofrece muchas posibilidades, aunque el eje central de esa plataforma es la publicación de páginas de recuerdos personalizadas de personas o mascotas. Por un lado, los usuarios que se registran pueden interactuar con otros usuarios registrados, como en cualquier otra red social. Por otro, pueden crear un perfil para cada persona o mascota fallecida. Esa página de recuerdo es compartida con sus amigos en la red, que publican allí comentarios, fotos, vídeos y otros contenidos de esa persona o mascota. Cada vez que uno quiera recordar a esos seres queridos, entrará en esas páginas y verá lo que todos hayan compartido.
También permite que un grupo de personas reúna dinero para ayudar a las familias con los gastos del funeral, viajes y otros similares en virtud los los decesos, a través de un servicio de financiación colectiva (crowdfunding).
LiveCobo ya funciona totalmente, y sigue en desarrollo para ofrecer nuevas funcionalidades que también serán útiles para sus usuarios. Entre estas, habrá un mercado libre para artículos de segunda mano, una tienda online, una sección para publicar ofertas de trabajo y otra para que empresas del sector como aseguradoras, funerarias, floristerías y otros puedan ofrecer sus servicios de forma gratuita.
Una de las nuevas funciones más innovadoras para esta red, que también se espera para los próximos meses, es un servicio de transmisión de vídeos en directo («streaming»). Esto hará que los usuarios de LiveCobo no solo puedan compartir contenidos estáticos como fotos o vídeos, también podrán transmitir los velatorios y entierros en tiempo real, interactuando en directo con sus amigos y familiares a través de mensajes de chat.
LiveCobo de momento es una red totalmente gratuita, ya que para ellos el dinero no es una prioridad. Pero están abiertos a la venta de publicidad a empresas del sector y es posible que más adelante haya funciones «premium» de pago.
Aunque estos días nos pueden traer tristeza y nostalgia, LiveCobo espera inspirarnos un sentimiento de tranquilidad, paz y también de felicidad, ya que tenemos nuestra propia vida y la de nuestros allegados aún por disfrutar, y podemos mantener viva la memoria de los que ya no están.