GETAFE/A fin de cuentas (15/09/2021) – ¿No hay tregua? ¿No podemos aparcar ni siquiera estos días festivos las disputas políticas? Creí que volveríamos de vacaciones con los ánimos un poco más relajados, con espíritu constructivo. Pero apenas un par de semanas han bastado. ¡Ya no aguanto más! ¿Cualquier excusa es buena para enfangar el terreno político? ¿Hasta en lo único en lo que parecía haber consenso en este pueblo que es la Virgen? Pues yo me bajo de la guerrilla. No estoy dispuesta a que me amarguen estos días. Porque son raras, atípicas, les faltan muchas cosas, no son nuestras fiestas… pero son una oportunidad para ir recuperando un poquito de eso que nos ha faltado durante estos meses (ya incluso años): la ilusión, la alegría, la oportunidad de encontrarnos en las calles.
Y por favor, por favor, por favor… vamos a usar un poco la cabeza, que ya hemos visto lo fácil que es que las cosas se nos vayan de las manos. Si se ha tenido tanto cuidado y tanta mesura en la organización no es por capricho. Las aglomeraciones siguen siendo un riesgo. No habrá Bajada, no habrá feria, no habrá casetas, ni barras, ni carrozas… ¡a ver si tampoco hay botellones! En estos tiempos que corren sigue siendo imperativo hablar de PRUDENCIA. Que después de los esfuerzos que hemos hecho, de lo cerca que tenemos el final… a ver si la vamos a fastidiar por una noche de tontería.
Confío en este Getafe sano, que tiene ganas de divertirse, que quiere volver a recuperar las calles, que ha trabajado tan duro para poder llegar hasta aquí. La vacunación ha sido un éxito compartido que nos está permitiendo afrontar el futuro con un poquito de esperanza. El coronavirus va quedando atrás, empieza a no ser el primer tema de conversación que abre los telediarios. Durante semanas hablamos de Afganistán, en cuyo operativo el Ala 35 también desplazó a un capitán médico, o las Olimpiadas y Paralimpiadas, donde Getafe también tuvo su pequeño espacio. Y seguiremos hablando de cómo dar respuesta al precio de la luz, y las consecuencias del cambio climático con horrores como los incendios o las inundaciones. Estamos recuperando nuestra vida, nuestras preocupaciones cotidianas. Así que, por favor, tengamos las fiestas en paz.
Disfrutemos, que nos lo hemos ganado.