GETAFE/ Sanidad (08/09/2021) – El Hospital Universitario de Getafe, a través del Instituto de Investigación Sanitaria, ha realizado un estudio sobre la disfunción mitocondrial sobe la morbilidad y el deterioro funcional en las personas mayores. El proyecto ‘MITOFUN’ se ha llevado a cabo junto a investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y la Universidad de Valencia (UV). El estudio cuenta con una financiación de 450.000 euros de la convocatoria anual de ayudas a la investigación biomédica de la Fundación Francisco Soria Melguizo.
El proyecto MITOFUN aborda un tema de gran interés: las causas del deterioro funcional que acompaña habitualmente al envejecimiento, su relación con la enfermedad crónica y el papel que sobre ambos ejerce la conservación o la pérdida del balance energético causados por la disfunción de la mitocondria. El estudio se marca como objetivo no sólo obtener nuevos conocimientos, sino también nuevas herramientas que permitan mejorar las capacidades pronosticas y los abordajes preventivos y terapéuticos a los profesionales encargados de la atención a las personas mayores.
El proyecto se centra en investigar las relaciones y mecanismos existentes entre la enfermedad mitocondrial y el desarrollo de deterioro funcional y discapacidad en ancianos. En la actualidad, este problema afecta a más de 4 millones de personas en España, genera dos terceras partes de la actividad asistencial del Sistema Nacional de Salud y supone más de la mitad de su coste, según los investigadores.
MITOFUN aborda el problema desde dos vertientes complementarias. En primer lugar, plantea la existencia de un mecanismo común entre las enfermedades crónicas y el desarrollo y progresión de deterioro funcional: el colapso energético, la incapacidad del organismo que envejece para generar, conservar y/o almacenar energía. Todo ello, relacionado con el mal funcionamiento de una parte de la célula: la mitocondria.
En segundo lugar, de confirmarse la hipótesis, total o parcialmente, podrían utilizarse las sustancias circulantes en sangre que aparecen cuando la mitocondria no funciona como marcadores de la presencia del daño (lo que permitiría detectarlo precozmente e intervenir sobre sus causas) o de su progresión, lo que permitiría monitorizarla y evaluar tanto la respuesta a los tratamientos como la rapidez y gravedad de esta evolución.
Para resolver las hipótesis planteadas, los investigadores cuentan con dos de las principales cohortes poblacionales de envejecimiento que existen en España: la del Estudio “Toledo” de Envejecimiento Saludable-ETES, co-dirigida por el Dr. Rodríguez Mañas del Hospital de Getafe junto con el Dr. Francisco José García García, y la cohorte ENRICA, dirigida por el profesor Rodríguez Artalejo de la UAM.
En total ambas cohortes están compuestas por cerca de 6.000 personas mayores de 65 años que viven en la comunidad y que han sido exhaustivamente caracterizadas (fenotipadas) desde el punto de vista sociodemográfico, clínico y funcional y de las que se dispone de muestras biológicas, con un seguimiento medio de 6 años.
Esta amplia base de datos se complementa con sendos biobancos donde las muestras de los sujetos participantes se han almacenado y serán descongeladas. Una vez identificadas, para hacer las determinaciones analíticas precisas, la tarea correrá a cargo del Grupo del profesor Viña de la UV.