GETAFE/Varios (03/08/2021) – Los medios no paran de repetirlo, tener una alimentación adecuada resulta imprescindible para el normal desarrollo del ser humano, a la par que contribuye a mantener un óptimo estado de salud.
Sin embargo, las necesidades nutricionales de todas las personas no son iguales, pues, además de la edad y el género, influyen gran cantidad de factores, como las patologías que se puedan tener o la actividad física que se realice a diario, por mencionar solo algunas.
No obstante, y tal y como indican desde la Residencia Nuestra Señora del Sagrario, “a medida que nos hacemos mayores, nuestro organismo sufre múltiples cambios fisiológicos. Aparecen las dificultades para masticar y/o tragar alimentos sólidos, disminuyen los sentidos del gusto y del olfato, aparecen problemas para asimilar los nutrientes de los alimentos y se produce una pérdida de masa muscular. A esto debe sumarse, además, que cada persona presenta unas patologías distintas que, por supuesto, habrán de ser tan tenidas en cuenta, como todo lo mencionado anteriormente, a la hora de elaborar un menú personalizado”.
Entonces, ¿qué pautas se deben seguir si se desea mejorar la alimentación de las personas mayores?
“No basta con elaborar menús equilibrados, sino que, además, habrán de ser atractivos, variados y poseer la textura adecuada para su fácil ingesta”.
En la alimentación de los adultos mayores habrá que prestar especial atención a las necesidades específicas de cada persona, así como a las recomendaciones médicas.
Priorizar los hidratos de carbono complejos presentes en alimentos como el arroz, las hortalizas o las judías, frente a los simples; y sustituir las grasas animales por alimentos proteicos con grasas saludables como el aceite de oliva o el pescado, son también algunas de las principales recomendaciones a la hora de crear un menú adecuado para personas mayores.
No obstante, y “especialmente cuando las altas temperaturas se hacen prácticamente insoportables, es necesario prestar una cuidada atención a la hidratación de los mayores. Una hidratación que debe ir más allá de la simple ingesta de bebidas líquidas, incluyendo alimentos y platos que refresquen e hidraten a partes iguales”.