GETAFE/Cultura (02/07/2021) – Esta semana navegando por el universo Twitter, un tuit de Mario Ayuga me recordaba que hacía ya unos cuantos años desde que se tomaron estas fotografías.
17 años han pasado desde que un grupo de jóvenes, con todas sus ilusiones depositadas en un desarrollo urbanístico, el de El Bercial-Universidad, decidieron salir a la calle acompañados de cientos de personas para exigirle a las autoridades municipales agilidad a la hora de urbanizar y desarrollar un barrio que llenó de esperanza a todos los getafeños que se resistieron aquellos años a mudarse a otra ciudad del sur de Madrid.
Hagamos memoria. En febrero de 2003 el entonces alcalde, Pedro Castro, afirmaba en una entrevista en GETAFE CAPITAL: “Apuesto el peso de la alcaldía y lo pongo al servicio de los cooperativistas para garantizar que El Bercial será una realidad”. Ya se llevaban varios años hablando del nuevo barrio. Incluso centenares de cooperativista habían comprado sobre plano alguna de las viviendas protegidas proyectadas en el desarrollo allá por 1998. Cuando el regidor hizo estas declaraciones El Bercial-Universidad era campo y granjas.
El 11 de abril de 2003 comenzaron las obras de urbanización de los terrenos que hoy cobijan el barrio. La constructora Corsán-Corviam se hizo cargo de estos trabajos bajo la atenta mirada de los futuros propietarios y del presidente de la Junta de Compensación (modelo elegido para el desarrollo del barrio), Pedro Pingarrón. Por entonces, se hablaba de los puentes que sobrevolarían la A-42 y que por fin acabarían con el aislamiento de El Bercial, del soterramiento de las torres de alta tensión y algunos seguíamos con interés las contadas declaraciones que daba n los medios locales José María Gómez Santander, arquitecto responsable del proyecto que ya hablaba de libertad de diseño, abundantes y amplias calles, un carril bici que recorrería el barrio y cuidadas zonas verdes.
Poco a poco, el nuevo desarrollo empezaba a tomar forma pero los futuros propietarios empezaban a desesperarse. Los dilatados tiempos hasta que arrancó “un desarrollo en el que al principio no creía nadie” provocaron que esos jóvenes que apostaron por Getafe para independizarse ya no lo fueran tanto. Y sus casas no llegaban. “Entendimos que era hora de empezar a presionar. Había que forzar la simultaneidad de las obras de urbanización con las de construcción porque nos hacíamos mayores”, recuerda uno de los afectados. Así nació NuBer, la Asociación de vecinos Nuevo Bercial.
El 25 de junio de 2004 cientos de personas protagonizaron una marcha que terminó con un sonoro abucheo a las puertas del Consistorio. “Pretendíamos hacernos escuchar para atajar la posible especulación y agilizar los trámites de concesión de licencias de nuestras casas”. “Todavía recuerdo las reuniones en el centro cívico de Juan de la Cierva para coordinarlo todo. O como las pancartas se hacían a mano en las casas de algunos de los padres de los afectados. Pedíamos menos promesas y más hechos”. Y las primeras licencias empezaron a concederse. “Pero no había que bajar la guardia porque pocas cooperativas y promotoras habían hecho sus deberes. ¿Dónde estabas las 5.950 viviendas prometidas?”
En septiembre de 2004 los afectados volvieron a salir a la calle con una caravana de coches. El desarrollo El Bercial Universidad atravesaba uno de sus episodios más tensos. Ayuntamiento y Junta no se ponían de acuerdo sobre el momento del inicio de la simultaneidad. Y fueron pasando los meses y la vigilancia de los cooperativistas no cesó. Y empezaron a verse las primeras grúas. Y a levantarse los primeros bloques de pisos.
El 4 de febrero de 2005 los cooperativistas volvieron a protagonizar otra manifestación multitudinaria. Durante esa larga espera hasta que llegaron las viviendas hubo cientos de reuniones, “Pingarrón siempre nos recibió con los brazos abiertos”, noticias negativas como la subida del precio de la VPO, cartas al Defensor del Pueblo, cuentas viviendas que caducaban y había que devolver a Hacienda lo desgravado…. Hasta que llegaron, en 2005, las visitas clandestinas a las obras, la elección de las calidades… Y en 2006 la entrega de las primeras llaves.
Esos hombres y mujeres combativos son los vecinos del barrio hoy. Un barrio repleto de niños que se quedó sin Metro en el centro de la barriada para colocarlo junto a El Corte Inglés y que a día de hoy cuenta con una Escuela Infantil pública, 3 colegios y un nuevo instituto construido a medias. Tras la entrega de las viviendas comenzó la lucha por los equipamientos. A día de hoy, la Comunidad de Madrid no ha sido capaz de invertir en la apertura de un nuevo Centro de Salud de Atención Primaria, por lo que el antiguo, diseñado para un pequeño barrio, sigue asumiendo a día de hoy la carga asistencial de miles de personas.