El robo de catalizadores se dispara en medio de la crisis y la subida del precio de los metales preciosos

GETAFE/Varios (14/06/2021) – Desde hace ya un tiempo, los ladrones en la industria automotriz tienen preferencia en el catalizador (puedes ver ofertas de catalizadores en el enlace), una pieza del motor. Esta particular tendencia se ha visto de nuevo durante la temporada de confinamiento y la crisis en general como una medida para obtener dinero, así sea de forma ilegal.

Existen bandas especializadas en el robo de catalizadores, que se han vuelto más numerosas con el paso del tiempo. Lo mismo sucede con el robo de metales como el cobre porque es fácil asumir que se pueden vender a buen precio en el mercado negro. Entonces, ¿por qué es tan habitual el hurto de catalizadores?

La subida del paladio y del platino han tenido que ver, de acuerdo con las fuentes de la BBC. Al menos, 25.000 ladrones han sido procesados por este delito entre 2010 y 2014 en Reino Unido. En España es también una práctica bastante extendida

¿Qué es el catalizador?

Es una pieza en el sistema de escape que se encarga de modificar los gases para reducir los componentes contaminantes que emite el motor al momento de la combustión, principalmente el monóxido de carbono, hidrocarburos y óxidos de nitrógeno. Se encuentra bastante cerca del motor, al inicio del tubo de escape, y está presente en todo tipo de vehículos.

Es particularmente atractivo para robar porque una de las partes de un catalizador es un panel de cerámica con un recubrimiento de rodio, paladio y platino, que son metales preciosos.

Este recubrimiento reacciona al entrar en contacto con los gases nocivos para convertirlos en gases nobles menos contaminantes. Esta pieza tiene una vida útil de 10 años, pero las propiedades de los materiales se mantienen y se pueden usar en otras aplicaciones. En el reciclaje de los catalizadores se extraen los metales preciosos, pero solo algunas empresas están autorizadas para estas funciones.

El modus operandi

Se hace con el uso de una herramienta específica que se ha diseñado para retirar el catalizador del vehículo, pero no es imprescindible. Los ladrones de catalizadores también pueden optar por simplemente cortar el tubo de escape o arrancarlo al atar una cadena a otro vehículo y arrancarlo a la fuerza.

El objetivo principal de los ladrones exclusivamente dedicados a este objetivo tienden a elegir vehículos industriales porque los catalizadores son más grandes. Esto hace que tengan más metal –más “ganancias” para los ladrones–, aparte de que la pieza sea más fácil de retirar.

El robo de catalizadores ha afectado a las empresas de transporte a tal punto en que algunas de ellas se han visto obligadas a tomar medidas. La vía ha sido soldar los catalizadores de los vehículos al tubo de escape para dificultar el robo, aunque tampoco es una solución definitiva porque no lo previene por completo.

A pesar de que pueda ser un robo realizado por prácticamente cualquier persona, lo más habitual es que sean bandas las que se encarguen. El proceso de extracción es bastante complicado, así que el trabajo de la banda suele consistir en hacer robos masivos y vender los catalizadores en el mercado negro a operadores que se encargan de introducirlos en el reciclaje legal.

Además, el hecho de que el vehículo ni siquiera tenga que estar en buen estado o que su catalizador funcione, ha contribuido a que haya casos de robos a desguaces para hacerse con grandes cantidades de catalizadores.

La rentabilidad del robo de catalizadores

El precio de los metales preciosos está estipulado por lo que marca la bolsa, y está sometido a fluctuaciones constantes. Por ejemplo, en el 2008, el precio del platino bajó bastante por la crisis económica, pero ha ido en subida desde entonces.

Hoy en día, la onza  –31,1 g– de platino cuesta más de 1.100 euros, lo que significa unos 37 euros cada gramo. En cambio, la onza de paladio se paga a unos 660 euros, es decir, 21 euros.

En cada catalizador se encuentran entre 1 y 2 gramos de platino, dependiendo del tamaño del vehículo. Por lo tanto, los beneficios por cada pieza rondan los 110 euros solo en estos metales, aunque no todo es “ganancia”. A esto hay que descontarle los gastos de extracción, que son bastante altos.

Para las bandas, resulta más fácil y rentable hacer robos masivos de los catalizadores y venderlos a operadores en el mercado negro. De acuerdo con la Policía Nacional, un catalizador podría encontrarte en torno a los 300 o 400 euros, dependiendo del tamaño. El precio tiende a incrementarse por el resto de los metales nobles y el de la propia chatarra.

No hay ningún daño mecánico en el motor o en el resto del vehículo si no tiene un catalizador, aparte de que se producen más gases contaminantes. El motor no sufre ninguna pérdida de rendimiento, ni se producen daños relacionados con el vehículo en sí mismo. Algunas aseguradoras cubren este daño.

Redacción Getafe Capital