GETAFE/La piedra de Sísifo (22/06/2021) – Las buenas noticias siempre son bienvenidas aunque, siendo sinceros, da un poco de rabia el tiempo que se ha perdido. Hablo de que ya hay fecha para el comienzo de las obras de prolongación de la línea 3 de Metro hasta El Casar, fijada el día 1 de enero de 2022, según manifestó Isabel Díaz Ayuso en su discurso de investidura.
Y es que tiene narices que, después de una paciente espera de más de 16 años, desde que se firmó la tan ansiada ampliación, el 18 de mayo de 2005, por la entonces Consejera de Transportes, Mª Dolores de Cospedal, y Pedro Castro como Alcalde de Getafe, ahora pongan la fecha de arranque… ¡en un festivo! Así no vamos a ninguna parte, y menos al metro.
Mes arriba, mes abajo, 16 años ha durado el castigo a que nos sometió el Partido Popular con la (in)sana intención que descabalgar al entonces eterno Alcalde de Getafe, hecho que consiguió en 2011 con Juan Soler paseando con un cartel de Metro al hombro durante la campaña electoral (a él tampoco le hicieron mucho caso, cosa que tampoco le preocupó en exceso mientras hubiera buenos restaurantes donde comer by the face).
Está previsto que las obras se prolonguen durante 24 meses que, aplicando el infalible procedimiento de la Cuenta de la Vieja, nos da, para 2,4 Km, un mes cada 100 m., plazo que, si se hubiera ejecutado en 2008, cuando las tuneladoras llegaron hasta Villaverde, hubiera sido bastante menor e infinitamente más barato.
Ahora bien, si algo tan teóricamente sencillo, como construir un colegio, les lleva más de 5 años por la célebre “construcción por fases”, como está sucediendo con el colegio Miguel de Cervantes, a pocos metros de la nombrada estación de El Casar; no quiero imaginar qué podrá suceder si emplean un procedimiento parecido para socavar la tierra. A 100 metros por licitador, se nos va el plazo a, en vez de 24 meses, la fruslería de otros 16 años, mes arriba, mes abajo. Todo eso sin contar el potencial dinerito que se podría quedar entre las uñas con 24 licitadores. ¡Uff, mareante!
Los vecinos de la zona de El Casar, en Getafe Norte, y de Los Molinos, no se lo terminan de creer, ya que una obra de estas características, con las consiguientes incomodidades propias de la obra pública, revalorizaría en gran medida sus viviendas, además de la lógica comodidad en los desplazamientos directos y rápidos, al mismo centro de Madrid sin necesidad de trasbordos o cambio de medio de transporte. De los problemas de inseguridad que sufren los vehículos estacionados en el aparcamiento de la estación actual, hablaremos otro día, pero son preocupantes.
En fin, que nos toca tirar de refranero y aplicar el “más vale tarde que nunca”, “al que se levanta tarde, el día le arde” o “lo que se ha de hacer tarde y de mal grado, hágase temprano”. Lo que conviene tener al día es la felicidad, que si la esperas descuidado, se pierde por cualquier lado.