GETAFE/La piedra de Sísifo (11/05/2021) – Pasado el arreón electoral, con el consiguiente arrechucho por el resultado y los lógicos sofocones consecuencia de la crudeza de los análisis, Madrid vuelve a su peculiar normalidad madrileñista y madrileñera. Desconozco si, a causa de los callos con garbanzos, el cocido, los célebres minutejos, las rosquillas winners and losers (cosas de tener el inglés como lengua vehicular del cayetanismo) o la ingesta de cañas a cascoporro pero lo cierto es que el paisanaje pepero está desatado. Nadie discute ni cuestiona su victoria ni su derecho a celebrarlo pero, como en el resto de facetas de la vida, hay límites, ¿o es que se sienten ya dentro de la Impunidad de Rebaño?
Ya habíamos empezado mal, cuando una concejala popular de Getafe, conocida en todo el orbe por su carácter dulce, gesto simpático y maneras atentas, agarró de un brazo y zarandeó a una conserje de colegio electoral, simplemente porque pasaba por allí. La trabajadora no ha querido denunciar, por aquello de no meterse en líos, pero eso no quita que la referida concejala (que no puede negar este hecho ya que lo hizo delante de las personas que estaban votando en ese momento y de los representantes de otros partidos) no respete a los trabajadores ni a su labor. Esos arrebatos de ira tienen tratamiento, solo necesita ponerse en manos de profesionales, que están para eso.
En fin, que todo vuelve poco a poco a la normalidad, o nueva normalidad, o renueva normalidad, o la normalidad antes conocida como desescalada, o yo qué sé ya; y tenemos que ponernos al día en cuanto a lo que supone la realidad de Getafe. Veamos:
El tiempo pasa, los estados de alarma finalizan, caen cohetes chinos y se vacuna a toda velocidad, pero hay un hecho que no varía: el confinamiento perimetral de las zonas básicas de salud de Margaritas (que ya cobra antigüedad) y las Ciudades (que va y viene). Es un misterio que mantengan el cuestionable estatus, ya que hay otros barrios de Madrid capital y otras ciudades con mayor tasa de incidencia acumulada (en algunos habría que medir la indecencia acumulada) pero que no les afectan los confinamientos localizados.
Las Fiestas de Getafe (las NO fiestas, como se refieren a ellas en el departamento de Festejos), tendrán lugar el 9 de septiembre, con la bajada de Angelines, que lleva ya dos años sin vernos y cuya romería tendrá que afinar mucho para evitar las clásicas aglomeraciones; y el lunes 20 del mismo mes, que se fija como segundo festivo en términos laborales, pero que no tendrá especiales celebraciones. No se están programando grandes eventos, al contrario, tendrán un carácter minimalista y descentralizado. Poco a poco y sin sustos.
No es ninguna sorpresa, porque ya se preveía la decisión, pero se confirma que no habrá gasolinera en la zona del Sector 3–Arroyo Culebro para donde se había solicitado licencia. Permanece el “contencioso” con la Comunidad de Madrid sobre la distancia mínima que debe guardar con las viviendas más cercanas (100 m prevé Getafe, 50 m la Comunidad) y que debería resolverse pronto. Me hago alguna pregunta respecto a este asunto ¿tiene sentido invertir en suelo, proyecto, obras, licencias, etc, cuando el consumo de combustibles fósiles tiene fecha de caducidad muy cercana, incluso, a partir de 2030, ya no se vendrán vehículos con motor térmico?
Recuperamos el pulso paso a paso, las vacunaciones nos van abriendo las ventanas para facilitar la respiración y la economía está saliendo a buen ritmo de su parálisis obligada con vistas al restablecimiento de la deseada recuperación. Si a todo esto le añadimos la intención y el intento de ser felices, lo conseguiremos con seguridad.