GETAFE/La piedra de Sísifo (05/05/2021) – Consciente o inconscientemente, todos usamos coletillas en nuestra forma de expresarnos, son nuestra zona de confort oral y nos ayudan a sentirnos como en casa. Tengo un amigo que, venga o no venga a cuento, a cada poco te suelta “eso es como todo…” y se queda como si acabara de formular uno de los principios básicos de la filosofía; lo malo es que es contagioso y ya me he descubierto sentenciando así en más de una ocasión.
A cuento de las elecciones autonómicas celebradas ayer, 4 de mayo, analice el parámetro que analice, siempre termina apareciendo la coletilla de mi amigo. Veamos:
Victoria incontestable del Partido Popular. Eso es como todo, 55 días y 200 millones de euros después, estamos donde estábamos, con Isabel Díaz Ayuso haciendo de nuestra capa un sayo y sin nadie que se atreva a toserla ni fuera ni dentro de su partido. ¿A qué obedecen esos resultados monstruosos? La lógica no encuentra respuesta y habrá que acudir a motivos tan volátiles como la ya célebre Fatiga Pandémica; la gente está tan hasta el gorro de todo, que quien se ha mostrado beligerante con lo que el virus nos ha traído en forma de restricciones, ha recibido el premio de su voto inconsciente. Da lo mismo que no haya programa y las medidas tomadas contraproducentes, nocivas o criminales, una sola palabra que va a las tripas, Libertad, y está todo hecho. Tengo el profundo convencimiento de que, si las elecciones se hubieran celebrado el futuro otoño, ya en plena recuperación, el resultado hubiera sido muy distinto.
Gabilondo se hunde con el barco del PSM. Combinando dos factores, la ya nombrada Fatiga Pandémica, que pone todos los focos (da igual que no tenga culpa de nada) al PSOE con Sánchez al frente, y el poco tirón mitinero de Ángel Gabilondo. Debo reconocer que es una persona que me tiene ganado hace muchos años y me alineo con sus maneras educadas y la profundidad de su pensamiento pero, eso es como todo, si la mayoría lo ve anodino y plano, no hay nada que hacer. Lo ponen a escurrir y votan a otro. El volantazo en plena campaña tampoco ha ayudado nada, aunque ese hay que ponerle en el debe de sus estrategas.
Grata sorpresa de Más Madrid y de su líder madrileña, Mónica García. Ha sido el rostro que llevaba dos años confrontando a diario con la Hidra Ayuso y ha sobrevivido con nota al veneno de la mirada de IDA y sus siete cabezas. Ha hecho un discurso sensato y consecuente, sin su pizca de pimienta y pellizco, centrando sus propuestas en las necesidades madrileñas en materia de sanidad (su campo de batalla), educación y dependencia; es decir, los tres pilares básicos del Estado del Bienestar, pero eso es como todo, ha recogido buena parte de los descontentos por el perfil bajo de Gabilondo, no por la pandemia, que no ha sido casus belli para sus votantes.
Soy de la idea de que, para ser de VOX es condición indispensable ser mala persona, pero eso es como todo, hay una serie de votantes arrimados que, aunque no sean malos per se, si se han dejado influir y, eliminando las resistencias que la educación pone a su tendencia natural al “pensamiento reptil”, se ha dejado llevar por las incomodidades de la pandemia para que aflore el animal que llevan dentro. Espero, confío y deseo que esta gente se pare a mirarse al espejo y se pregunte a dónde nos dirigiría su actitud; a un futuro oscuro privado de las libertades básicas de la sociedad occidental y democrática. Afortunadamente, la representación aplastante del PP hace irrelevante su presencia en la Asamblea de Madrid.
La interdependencia Podemos/Pablo Iglesias ha saltado por los aires y, posiblemente, sea la única manera en que el partido sobreviva a su fundador. Lo que, aparentemente, fue un Pablo Iglesias al rescate, para evitar la debacle que supondría no obtener representación por no llegar al 5%, se convirtió en un devaluado Efecto Iglesias que ha evitado su desaparición pero tampoco ha supuesto una subida exponencial. Pero eso es como todo, igual que ha motivado a algunos de sus votantes remisos (a otros los ha desmotivado), ha tenido el efecto contrario en las filas de la derecha, donde se le atribuye un voto en “defensa propia” de gente de derechas que de otro modo no hubiera ido a las urnas. Ahora que ha anunciado su dimisión total, esperemos dejen trabajar a Yolanda Díaz con independencia y criterio propios. Creo que se lo ha ganado merecidamente.
Lo de Ciudadanos no ha sorprendido a nadie y se encuentra ya pidiendo sitio en el Cajón del Olvido, diciendo a UPyD, CDS, UCD y demás intentonas centristas desaparecidas que les hagan hueco. Aunque, eso es como todo, ahora aparecerá, debajo de cualquier piedra, un crecidito Albert Rivera; que, no lo olvidemos, fue el títere colocado por sus auténticos fundadores (Jiménez Losantos, Arcadi Espada, Sostres, etc) para hacer de pinza al PP y llevarle por dónde ellos quisieran; único causante del desplome estrepitoso de su partido. Lástima porque hay gente valiosa ahí dentro que se habrá perdido para la política nacional, gracias a sus planteamientos trasnochados.
Este es mi seudoanálisis para encontrar una explicación plausible a lo de ayer pero, eso es como todo, quizá haya otros motivos que no se me hayan ocurrido.
Hoy, más que nunca, sé feliz, nos hace falta.
Pedro Vázquez
5 mayo, 2021 at 23:24
Se te ve poco tendencioso/a/e e imparcial, vaya.