GETAFE/La piedra de Sísifo (28/04/2021) – Cuando la directora me pidió el artículo para el número en papel que saldría el día 28, lo primero que me vino a la cabeza fue este chiste ambientado en un juego infantil, donde un niño le dice a otro “¿susto o muerte?” y este responde “susto”, el primero le dice “¡Uuuuuuh!” y, sollozando, el segundo se queja “¡Jo, qué susto” y el primero remata “pues haber elegido muerte…”.
Esta referencia pueril, venía a cuento de que, a mi juicio, la presidenta Ayuso se había puesto en “modo susto” para con las demás fuerzas madrileñas en su convocatoria de elecciones y, por lo que yo intuía, la izquierda iba a vencer en la foto-finish, lo que habría significado la muerte política de Isabel Díaz Ayuso. Todo eso hasta que…
Hasta que algún malnacido, de esos dotados de cuatro neuronas que nadan en vitriolo, tuvo una mala digestión que se resolvió con el envío de sendas amenazas de muerte al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; la directora de la Guardia Civil, María Gámez Gámez y, el perejil de todas las salsas de odio ultra, Pablo Iglesias Turrión, candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Para poner el punto de dramatismo que confiere credibilidad a este tipo de amenazas, cada sobre llevaba unas balas de fusil de asalto, como dando a entender que el remitente (anónimo, por supuesto, que todos estos valientes siempre esconden la cara) pertenece a alguno de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, sugiriendo, además, que no navega solo por su mar de locura, sino que cuenta con cómplices que han superado con nota el casting de enajenación mental imprescindible para emprender estas iniciativas.
Cuando el susto nos lo llevamos todos los demócratas de bien, tras conocer que hay seres infrahumanos capaces de dejarse llevar por sus instintos reptiles y, la opción muerte, se convierte en una variable terriblemente real, dan pocas ganas de continuar con el chiste infantil pero, por otro lado, invita a pensar; si esos seres abyectos nos limitan en nuestras acciones, se han salido con la suya, que no es otra que ir minando el sistema democrático milímetro a milímetro hasta revertir los derechos de que gozamos todas las personas que vivimos en España, y dejarlos solo a disposición de unas élites privilegiadas, que de eso se tratan los sistemas totalitarios.
De acuerdo, dejemos que Policía y Guardia Civil, grandes profesionales, avancen en sus investigaciones sobre la autoría de las amenazas y los pongan a disposición de la justicia; mientras tanto, volquémonos en votar masivamente el 4 de mayo para que la mala gente, que la hay fuera y dentro de la política, compruebe que no tiene nada que hacer y regresen a la cloaca de donde nunca debieron haber salido. El 4 de mayo no dejes de votar bajo ningún concepto, es más, vota a cualquier fuerza de izquierdas, son la garantía de respeto democrático y buen hacer en la gestión.
Hasta entonces, sé feliz