GETAFE/Varios (12/04/2021) – En España los autónomos son personas que trabajan sin contratos de por medio, prestando algún servicio o realizando alguna actividad que suele ser remunerada por otras personas. Un ejemplo de esto son los teletrabajadores con clientes, que llevan a cabo actividades remuneradas, y también corresponde a los titulares de empresas unipersonales. Esta forma de trabajo está regulada principalmente por una Ley del Estatuto del trabajo autónomo.
En la actualidad este gremio de trabajadores vive ciertas crisis provocadas por la llegada del coronavirus. En 2020 se han registrado grandes pérdidas monetarias y disminución de las facturaciones en al menos un 60% con respecto al año 2019. Para muchos ha sido necesaria la solicitud de financiación en aras de conservar el funcionamiento de su negocio, además que aquellos que trabajan con personal, tuvieron que acudir en muchos casos al ERTE para garantizar el pago de estos. Aunque la situación no ha sido igual de negativa para todos, un alto porcentaje se ha visto afectado y sólo un mínimo ha podido afirmar crecimiento o mejoras en sus negocios desde el inicio de la pandemia.
Muchos acudieron a las opiniones de los mejores prestamos personales, mientras que otros vivieron las consecuencias sin que esta acción fuera necesaria. Sin embargo, se trata aún de una medida a la que algunos piensan en acudir para estabilizar sus finanzas, consultando sus mejores opciones en sitios de reseñas como Luminablog.es. Mantener la actividad económica durante el 2020 fue un reto en muchos aspectos, dada que la economía de muchos sectores se vio afectada, muchos trabajadores autónomos experimentaron la disminución de su clientela o de la cantidad de trabajo a realizar, sin embargo, la situación de los autónomos en general indica que aunque con grandes disminuciones en las ganancias, han podido continuar con su trabajo.
Para muchos los críticos momento vividos en el 2020, y el hecho de que aún vivimos con la constante presencia del virus, han significado enseñanzas y aprendizajes que han dejado en ellos la certeza de que están en las condiciones de enfrentar las adversidades del futuro o por el contrario, que deben mejorar o renunciar a su forma de negocio. Por la naturaleza del trabajo autónomo, muchos no tuvieron mayores problemas, pero ciertamente es menor al 2% el porcentaje que afirma haber visto mejoras en sus ganancias, y para finales del año 2020, al menos un 80% de la actividad para estos trabajadores se ha visto disminuida.
Ante la crisis, si bien cada sector experimentó cambios y dificultades, la solidez y recursos de las grandes corporaciones marcó una diferencia en comparación con el sector autónomo, pues su adaptación ha sido menos complicada y más han podido sobrellevar la crisis. A pesar de que el confinamiento inicial ha mermado y las medidas son menos restrictivas en este momento, ha sido un reto para los autónomos retomar la normalidad que se vivía en marzo del 2020 antes de que todo comenzara, e incluso un porcentaje considerable aun ni siquiera ha sido capaz de volver a trabajar.
Desde el año pasado se han establecido medidas para ayudar al sector a sobrellevar y superar la crisis, sobretodo a los autónomos empleadores, que en muchos casos no tienen fondos suficientes para pagar lo que deben a sus empleados o para afrontar su despido, que se acompaña de la respectiva liquidación. Una de las medidas que se ha modificado un poco este año es la solicitud del cese de actividad, que se lleva a cabo para acceder a una prestación para cubrir las situaciones de finalización; en 2020 este podía ser solicitado de forma ordinaria y extraordinaria, pero este año ya no hay posibilidades de solicitarlo de forma extraordinaria.
Como mencionamos previamente, muchos han hecho uso del ERTEs para poder cubrir el pago a sus empleados, pero esta medida tuvo fecha de caducidad en el primer mes del año en curso, dejando a la deriva a muchos empleadores que aún no consideran ser capaces de manejar la nómina, lo que conlleva despidos. Esta es otra de las razones por las que muchos han optado por financiación, puesto que conservar la nómina, así como realizar despidos, genera gastos que muchos trabajadores autónomos no tienen, pues es un sector en el que muchos han reportado tener pérdidas de hasta 60.000 euros.
Para muchos las medidas han sido insuficientes en apoyo a este sector, a pesar de que han propuesto muchas formas en las que pueden apoyarlos, tales como la reducción de la cotización de la seguridad social. Esto ha llevado a que ellos mismos suban sus cotizaciones, intentando sobrellevar la crisis por sí mismos, a la espera de que sus propuestas sean aprobadas y que este año tenga un mejor panorama que el anterior.