GETAFE/Varios (09/02/2021) – Contar con profesionales formados en el cuidado de personas mayores aporta autonomía, tranquilidad y calidad de vida a ellos y a sus familias.
El cuidado y la atención de las personas mayores es una prioridad en España o, al menos, debería serlo en uno de los países con la población más envejecida del mundo, ya que sólo es superado por Japón. En este contexto, la atención y cuidado de personas mayores se torna en imprescindible para garantizar la calidad de vida de esta parte de la población y posibilitar una buena atención sociosanitaria.
Esta necesidad de cuidados se ha visto, además, incrementada con los efectos de la pandemia del Covid-19. Los continuos confinamientos y la limitación de la movilidad han puesto de manifiesto que las personas mayores que viven solas necesitan contar con el apoyo de un profesional formado que pueda ayudarles y atenderles en todo tipo de situaciones y tareas. Además, este colectivo es el más vulnerable ante el virus.
En este sentido, cabe señalar que han sido muchos los mayores que han visto limitadas o retrasadas sus visitas al médico o a sesiones de rehabilitación, lo que ha puesto en riesgo su bienestar y recuperación. La imposibilidad de desplazarse que han tenido los mayores ha disparado los servicios de cuidado de personas mayores en casa en toda España y, en especial, en la comunidad de Madrid donde ha habido una gran incidencia de contagios y que se ha convertido en una de las autonomías que más estragos de la pandemia ha sufrido.
Los profesionales que atienden a personas mayores en sus casas están capacitados para hacer todo tipo de servicios y ayudar en todo tipo de actividades. Así, las opciones de ayuda a domicilio van desde pequeñas tareas domésticas como pueden ser limpiar o hacer la compra hasta dar un servicio de cuidado integral a personas dependientes.
En estos últimos casos, que son los más extremos, los cuidadores están el número de horas acordadas al día para hacer actividades básicas de la vida diaria como pueden ser asearse, ir al baño, vestirse, tomar medicamentos… Sin embargo, en este tipo de situaciones, no es posible contratar un servicio estándar, ya que el grado de dependencia es el que va a marcar las necesidades del mayor.
En estas situaciones es necesario crear un plan personalizado de atención a cada situación en concreto y, en función del caso, establecer una serie de actividades para personas mayores en casa que posibiliten, en la medida de lo posible, promover el mantenimiento de la autonomía. Para ello, crear un clima de confianza y cordialidad es clave para lograr el éxito a la hora de ayudar a las personas mayores en sus hogares.
Dentro de este clima que se debe crear entre cuidador y persona mayor está el objetivo de evitar el aislamiento del mayor y hacerles sentir vivos, ayudándoles a mantenerse activos y a incentivar las relaciones con otras personas como los familiares a través de visitas al domicilio, videoconferencias con tabletas..
Entre los servicios más solicitados en los últimos meses por las personas mayores que viven solos y sus familiares está el de enviar a un cuidador que le ayude a hacer ejercicio en el hogar y mantenerles activos. El ejercicio es una fuente de bienestar y entre los beneficios que genera están el de mejorar la digestión, la confianza, el equilibrio e incrementar la fuerza de los músculos. Algo fundamental para las personas de más edad a la hora de afrontar el día a día y evitar ganar sobrepeso.
Según explican desde la agencia de servicio doméstico María Zugasti , “nosotros consideramos muy importantes los que mejoran la resistencia, el equilibrio, la fuerza y la flexibilidad, ya que mejoran la capacidad cardiaca, las habilidades motrices y mantienen la masa muscular”. Lo recomendable es hacer estos ejercicios, al menos, tres veces a la semana en sesiones que nunca superen los 90 minutos.
Además de los servicios anteriores, la contratación de cuidadores de mayores también se ha incrementado en los últimos años para ayudar a hacer tareas del hogar. En función de la mayor o menor dependencia que tengan, los cuidadores se encargan de limpiar la casa, ir a comprar o acompañar a los usuarios a sus centros de salud o de paseo.
En definitiva, se trata de minimizar los riesgos de sufrir caídas o de hacer sobreesfuerzos en su propios domicilios y en los espacios urbanos. Algo mucho más importante de lo que pensamos para este colectivo cuando vemos que un 40% de las viviendas de España tienen problemas de accesibilidad importantes al carecer de ascensor, salvaescaleras o rampas al tener más de 50 años.