GETAFE/La piedra de Sísifo (26/01/2021) – Veo por la tele, no sin cierto asombro, que han detenido a una banda de butroneros que actuaba en la Comunidad de Madrid y, cómo no, también en Getafe. Al parecer, eran conocidos por las fuerzas del orden ya que se les ha detenido en alguna ocasión anterior y su modus operandi inconfundible ha sido fundamental para identificarles y proceder a su puesta a disposición judicial.
Su forma de actuar consistía en socavar los muros, aprovechando las zonas débiles del lugar objeto de sus tropelías; donde accedían, bien por alguna pared interior, bien por una galería que desembocaba en el suelo y, ya en su interior, procedían a esquilmar y arramplar con todo lo que de valor encontrasen, que luego vendían al mejor postor o a peristas especializados, convenientemente troceados o en pequeños lotes para no levantar sospechas.
Con este experimentado procedimiento, han dejado reducidos a la mínima expresión los recursos de la Sanidad Pública Madrileña, a quien primero debilitaron, privando de sus medios a Presupuesto Armado, después, pusieron en entredicho la solvencia y capacidad de trabajo de sus profesionales, para conseguir derivar a pacientes ilusos a la sanidad privada y una ingente cantidad de dinero a empresas adjudicatarias, mediante la concesión administrativa de explotación de unos cuantos hospitales, pagados con recursos públicos, para mayor gloria de las cuentas de resultados de esas empresas y sus juntas de accionistas.
Casualmente, en el transcurso de esta pandemia que nos asola, están saliendo a relucir todas sus vergüenzas pero, no contentos con ellas, y poseídos de una sensación de impunidad digna de mejor causa, han construido la nave industrial más cara del mundo (150 millones, que se sepa hasta ahora), donde almacenan camas de hospital, algunas con enfermos (alrededor de 300), y la mayoría sin estrenar. Por si les rodea la policía, han cogido como rehenes a cientos de profesionales de medicina y enfermería, a precio de saldo, a los que no dudarán en ajusticiar con el despido más cruel, a poco que la situación se ponga tensa.
Este modus operandi no es nuevo, ya era archiconocido por haberse empleado con descaro y desahogo en las primeras fases de liquidación y desguace de la Educación Pública, que, siguiendo su pauta habitual, luego fue ocupada por la enseñanza privada, en su mayor parte religiosa, a la que pusieron un babi de colorines y lo llamaron Educación Concertada, aprovechando un modelo que había sacado las castañas del fuego de la carencia de colegios públicos a principio de los años 80; y que ahora se ha puesto de uñas porque les han descubierto y le van a cerrar el grifo del dinero de todos.
Estos amigos de lo ajeno, ya son conocidos por la Guardia Civil y la Policía, que ha paseado por los juzgados a casi todos los consejeros de Sanidad de la Comunidad de Madrid y alguno que otro de educación, mientras se va estrechando el cerco a la Madrina, también conocida como Rana Madre, la Madre de todas las Ranas, o la Tita Espe. No creo que tardemos en tener noticias de su detención.
Hasta entonces, sed felices.