GETAFE/Palabra de concejal (14/12/2020) – El pasado 29 de noviembre, Salvados trajo a la ministra de Trabajo Yolanda Díaz a Getafe. ¿Por qué iba a venir la ministra de Trabajo de Unidas Podemos a nuestra ciudad? Porque, por desgracia, es el escenario perfecto para hablar de la creciente precariedad en el país. Una precariedad que no para de aumentar, especialmente desde la crisis de 2008.
Con la crisis económica, llegaron dos reformas laborales en un contexto de cambio tecnológico global: la llegada del capitalismo de plataformas. Una enorme ola de ataques a los derechos laborales que tanto tiempo llevó construir dejó a nuestro país con una precariedad alarmante a miles de trabajadores y trabajadoras. Grandes multinacionales como Amazon o Uber vieron en España una oportunidad para ahorrar ‘costes laborales’ bajo la figura del falso autónomo, de la subcontratación o de la temporalidad. Las mismas multinacionales que no pagan los impuestos que deben en España, que se llevan los beneficios fuera y que acaban siendo un lastre para las arcas públicas, si no fuera suficiente con serlo ya para la dignidad laboral.
Pero para tranquilidad de las derechas, todo este mecanismo de expolio, que ya tendrá enormes e inevitables repercusiones en el futuro, no ha sido en vano: el número de millonarios ha aumentado un 470% en España entre 2010 y 2019.
En Getafe, el movimiento Tarjetas Rojas, trabajadores y trabajadoras subcontratadas contra la precariedad en Airbus, lleva años denunciando la precariedad de sus puestos de trabajo. Ahora, por si fuera poco, sufren la amenaza de los despidos. Sin embargo, una vez más, este ataque a los derechos laborales no se corresponde con grandes pérdidas empresariales. Airbus obtuvo un 50% más de beneficio en 2019, con un resultado neto de más de 2.186 millones de euros. Un año después, Airbus exige al Gobierno de España cientos de millones de euros para solventar los efectos de la crisis del Covid, sin garantizar a nadie que la gente recuperará sus puestos de trabajo.
Pero no es sólo Airbus la razón por la que el programa de La Sexta trajo a la ministra de Unidas Podemos a nuestra ciudad. Se trata de todo un proceso de desmantelamiento del tejido industrial que lleva años produciéndose y que a día de hoy seguimos sufriendo. Sin ir más lejos, desde hace pocas semanas ya hemos visto con impotencia cómo Aciturri y John Deere se deshacían de distintas maneras de sus trabajadores. Getafe está perdiendo el poco empleo digno que le queda, al mismo tiempo que las grandes plataformas se están haciendo con la ciudad y están consolidando un modelo de precariedad alarmantemente nocivo para la dignidad social.
La falta de recursos humanos en las administraciones públicas para combatir esta situación, como denunció la propia ministra, tanto del personal en el Servicio Público de Empleo o del cuerpo de inspectores de trabajo, demuestra que todo este proceso tiene una clara implicación ideológica de los gobiernos anteriores por desmantelar el sector público, reducir los derechos laborales y precarizar la economía. En resumen: una apuesta por la creación de un ejército de trabajadores y trabajadoras pobres a disposición de unos pocos.
Si bien es cierto que estamos hablando de un problema de competencia nacional y regional, los gobiernos municipales tienen también su forma de ayudar a la reversión de la precariedad, empezando por la municipalización de servicios públicos esenciales precarizados por el sector privado como el Servicio de Ayuda a Domicilio.
Es inconcebible que la administración pública sea un instrumento más en la precarización de los derechos de las trabajadoras de un servicio social básico. Dejar en manos del sector privado servicios esenciales para la vida de la gente, como la pandemia ha demostrado, es nefasto y ni siquiera es más eficiente económicamente. Pese a lo que digan las derechas, el sector público acaba resultando más económico, ya que su objetivo no son los beneficios económicos de unos pocos, sino la satisfacción de una necesidad social. Esa es la mayor garantía de eficiencia.
A pesar de esta alarmante situación que ya venimos denunciando desde que nacimos como organización, nos enorgullece saber que, tras años de gobiernos atentando contra la dignidad laboral, por fin nuestro país cuenta con una ministra que apuesta por la clase trabajadora, por el consenso y por el bienestar. Ahora, nos toca a nosotras actuar, ¡sí se puede!