Ventajas e inconvenientes

GETAFE/La piedra de Sísifo (15/12/2020) – De un tiempo a esta parte, a poco que nos hayamos parado a observar, nos ha llamado la atención el cambio de actitud, consecuencia de un cambio de estrategia, que el Gobierno central ha adoptado respecto a Isabel Díaz Ayuso y sus barbaridades, que van creciendo adoptando una peligrosa forma de espiral.

Recordemos que bastaba con que, desde el Ministerio de Sanidad, se tomara una decisión, se hiciera una recomendación o directiva de alcance nacional, para que nuestra entrañable amiga I.D.A. saliera con alguna discrepancia, casi siempre en cuestiones formales, y montara un espectáculo mediático que le garantizara titulares, primeras planas y minutos de oro en radio y televisión que no habría dinero para pagar a precio de mercado.

Una vez que desde Moncloa se identificó la fórmula de la presidenta madrileña para no bajarse del candelero, se cambió diametralmente de actitud; que se propone un confinamiento perimetral de un puente de cuatro días y Ayuso sale toda torera diciendo que no, que dos restricciones de dos días en vez de los cuatro seguidos; pues el Gobierno le dice que vale, que de acuerdo y se acaba la polémica. Que se propone un toque de queda en un determinado tramo horario y Madrid responde que aquí se retrasa una hora o diez minutos, que para el caso es lo mismo, pues se dice que vale y se aborta el lío de titulares en el primer instante, y así todo el rato para mayor desconcierto de los estrategas de la Puerta del Sol, con el inefable Miguel Ángel Rodríguez a la cabeza.

¿Qué sucede ahora? Desde el Gobierno se le ha dado a Ayuso toda la cuerda posible para que termine ahorcándose políticamente y, de paso, dejar a Casado tocado por el apoyo que le presta. Pues, bien, nuestra bienamada I.D.A., lejos de mostrar una aconsejable cautela, se ha echado al monte; ha debido fichar un ejército de cuñaos, de los de sol y sombra en la barra del bar y palillo en la comisura, que no dejan de producir burradas sin cuento, a ver si hay suerte y tocan las narices a alguien que les replique y ya la tenemos otra vez liada.

Esta estrategia, en el aspecto teórico, tiene sus ventajas pero en el práctico, siempre deja un reguero de perjudicados. La (pen)última conocida consiste en cerrar la oficina de Empleo de la calle Carabanchel, que da servicio a 9.000 personas entre desempleados y afectados por ERTEs, a los que deberíamos añadir, en otros asuntos, al personal sanitario del hospital y atención primaria destinado a dotar de inexistente contenido al Cascarón Isabel Zendal o las no renovaciones de contrato al escaso profesorado de refuerzo fichado para paliar las consecuencias de la pandemia, aunque ejemplos no nos faltan.

No sabemos cuánto tardará I.D.A. en suicidarse políticamente, pero la lista de perjudicados, agraviados, ofendidos y desahuciados que dejará por el camino será kilométrica. No importa, ya sabemos que no todos somos iguales ante la ley…

Sed felices.