GETAFE/Reportaje (03/11/2020) – Desde hace un mes, desde el ACAR trabajan de lunes a domingo 30 rastreadores que apoyan a la Comunidad de Madrid en las labores de trazabilidad de los casos positivos de Covid. Al día contactan con más de 120 positivos, rastrean sus contactos, les ponen en cuarentena, les solicitan las pruebas PCR… son la primera línea de contención del virus.
“Buenos días, soy la cabo primero Muñoz, rastreadora de las Fuerzas Armadas al servicio de la Comunidad de Madrid”. Así comienza la llamada de rastreo que se inicia en la sección de vigilancia epidemiológica instalada desde finales de septiembre en el ACAR de Getafe, donde 30 militares trabajan de lunes a domingo, de 9 de la mañana a 9 de la noche, en colaboración con la Consejería de Sanidad para realizar la trazabilidad de casos. “Tras el ofrecimiento por parte del Gobierno de España de 2.000 rastreadores, Madrid realiza la petición de 150 rastreadores militares”, explica la capitana Adela Valor. Están divididos en 5 secciones, una de ellas en Getafe.
La forman “voluntarios, donde hemos buscado preferentemente que tuvieran conocimientos sanitarios, que fueran personas con una gran habilidad de comunicación para generar empatía y generar confianza con la población con la que van a hablar puesto que se va a hacer esa labor de rastreo”. Han recibido formación online y presencial sobre la enfermedad, además de charlas sobre psicología y por parte de asesoría jurídica “puesto que tenemos que atender a la protección de datos”. Además, “hemos incorporado una tercera formación que ha sido la integración con la Comunidad de Madrid”, para coordinar herramientas y aplicaciones informáticas. El 28 de septiembre iniciaron las llamadas.
Los casos positivos se cargan en la aplicación que tienen disponible y ahí comienza su labor. “Principalmente nos están asignando casos de la zona sur de Madrid, de Getafe o de Parla”, aunque también entran de otros municipios. “Aproximadamente tratamos una media de 120 a 130 casos positivos al día”. Lo primero es contactar con el positivo y comunicarle el resultado de su prueba. “Si son pruebas rápidas de antígenos lo saben, pero si es PCR y según cuando se la haya hecho, seguramente no sepa en el resultado y somos nosotros los que les informamos”, explica la cabo primero Muñoz.
¿Cómo se encuentra? ¿Tiene síntomas? ¿Tiene enfermedades de riesgo? ¿Cuándo empezaron los síntomas? La conversación es fluida, pese a la sorpresa que en ocasiones ocasiona la llamada. “¿Está seguro de que ese es el resultado? ¡Si me encuentro perfectamente!”. Y a partir de ahí, comienza el rastreo: “Le indicamos que nos diga cuáles han sido sus contactos durante las 48 horas anteriores al inicio de síntomas. Nos facilitan los datos de esos contactos: nombre y apellidos, teléfono…”. No siempre es fácil, porque “hay personas mayores que hay que tener un poquillo más de paciencia porque no oyen bien o hay que repetirles las preguntas. Pero en general la gente está siendo muy amable y nos está facilitando la labor”, explica la cabo primero Muñoz, que se ofreció voluntaria para esta unidad. “Cómo militares a veces hacemos labores que están más alejadas de lo que es el trabajo directo con los ciudadanos y misiones como está, como en el pasado puede haber sido el Prestige, te permiten salir de tu entorno laboral normal y hacer una labor más directa y de apoyo más a los ciudadanos”.
Hay todo tipo de casos: desde el que está asintomático en casa, hasta “casos de gente que está en el hospital pacientes a los que llamamos y ya han sido ingresados algunos con patologías más graves con los que no podemos hablar y otros que simplemente porque tienen alguna enfermedad les han ingresado”. Con los que logran hablar, realizan una ficha con sus contactos. “Los convivientes o personas del entorno social o laboral. Buscamos saber si a esas personas ya se les ha realizado prueba y en caso de que no se les haya realizado, la solicitamos nosotros”. Hacen la petición al centro de salud, para que se ponga en contacto con ellos y les den cita. En cualquier caso, se les informa de que tienen que estar en aislamiento. “Nosotros desde aquí hacemos esta labor pura del rastreo, el seguimiento (médico) se realiza por parte de la Comunidad de Madrid”, cuenta la capitana Adela Valor, por protección de datos, no pueden facilitar quién es el caso positivo que ha dado origen al rastreo, aunque lo más habitual es que ya estén prevenidos. Aunque ello no está exento para que haya situaciones curiosas: “Hablamos con chico de 18 años. Primero con su padre, que nos lo pasó: le preguntamos que con quién había estado y el chico decía que con nadie, y de fondo oíamos a su padre diciéndole: “¡Dile lo que has estado haciendo, que has estado con más gente!”, y el chico entre medias”.
El número de contactos es variable, y aunque los jóvenes están muy estigmatizados no siempre son los que más casos generan. “Hay jóvenes que como están ahora en clases online tienen menos relaciones que los padres que trabajan, por ejemplo”. El último caso que ha trazado “tiene cinco contactos: es profesora de un centro escolar y no vive con su familia sino en un piso compartido. Verificamos que como nos ha dicho, esa persona ha hablado con el centro escolar y ya han confinado a la clase de la que es tutora”. En este caso, es la Comunidad de Madrid la que continúa el protocolo escolar.
Trabajan a tres turnos en grupos de 10 personas: mañana, tarde y fines de semana. Al mando, un oficial del cuerpo general y un oficial del cuerpo militar de sanidad para resolver cualquier tipo de cuestión sanitaria. “Esa persona tiene enlace directo con personal de vigilancia epidemiológica por parte de la Comunidad de Madrid para resolver cualquier tipo de duda que nos pueda surgir”.
En la unidad de vigilancia epidemiológica lo tienen claro: “Estar durante más de 15 minutos y a menos de 2 metros de distancia de un positivo”. ¿Aunque se lleve mascarilla? “No sabemos la calidad de la mascarilla que está llevando esa persona en ese momento. Es un contacto estrecho, aunque hayan estado en una terraza: por los aerosoles han podido contagiarse y sobre todo en zonas más cerradas si hablamos de un bar, por ejemplo”.
“48 horas antes del inicio de síntomas, como tos fiebre, malestar; y si esa persona es asintomática, desde la prueba PCR”.