«Como siempre: lo urgente no deja tiempo para lo importante”
Mafalda. Quino
GETAFE/El aula sin muros (15/10/2020) – El curso escolar ha comenzado muy agitado, las medidas sanitarias de prevención han acaparado buena parte de las energías del profesorado, mientras las familias, angustiadas, desinformadas, intentan orientarse en medio de esta tormenta perfecta de la pandemia. La gestión del momento es tan compleja que existe poco tiempo para reflexionar sobre lo que está pasando. Otra vez más nos vemos forzados a tapar las incontenibles vías de agua y perdemos la perspectiva general de lo que está pasando.
Creemos que la peculiaridad educativa del momento está produciendo un deterioro cualitativo de la Escuela pública que amenaza con dejar de ser transitorio y convertirse en estructural.
Aunque el escaso tiempo de curso transcurrido no ofrece una perspectiva nítida, ya percibimos algunos riesgos que nos parece importante destacar, para que puedan convertirse en oportunidades para avanzar en la construcción de la educación y la escuela pública que necesitamos.
La participación es uno de los elementos identitarios de la educación pública, frente al concepto neoliberal que considera la educación como negocio y las familias como clientes. La escuela del pueblo es la escuela de todos y todas y se construye entre todos y todas, con diferentes funciones, pero con los mismos objetivos, formar ciudadanos con una sólida formación científica, críticos, solidarios y respetuosos con su entorno social y natural. En esa tarea nos encontramos trabajando codo con codo las familias, el profesorado, el alumnado, el personal no docente, los participantes de la comunidad local o barrial. Por eso la lucha por una participación, más equitativa y más comprometida de toda la comunidad educativa, en la marcha de los centros de enseñanza públicos, ha sido y sigue siendo de vital importancia.
En este tiempo de pandemia estamos entrando, quizás de forma no consciente, en un proceso de distanciamiento de las familias con la escuela. Se está dificultando su participación, con la justificación del distanciamiento físico que nos impone el mantenimiento de la seguridad sanitaria. Las familias manifiestan que encuentran dificultad para comunicarse con el profesorado de sus hijos e hijas, con la fluidez que lo hacían en los momentos previos al confinamiento. En muchos centros era habitual que las familias accedieran con libertad a las dependencias del centro y compartieran información con el profesorado, ahora no se les permite pasar de la puerta de entrada y las reuniones del grupo aula han quedado suspendidas.
Las Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos/as reconocen que están restringidas las reuniones de órganos colegiados como el consejo escolar, o diferentes comisiones de gestión y participación en la vida escolar (comisión económica, comisión pedagógica, de relaciones con el exterior, de actividades festivas y celebraciones, de actividades extraescolares…).
Se justifica porque es una situación excepcional, pero tememos que en algunos centros educativos se prolongue más de la cuenta y sea difícil retomar esos procesos de participación que, con tanto esfuerzo, se iban asentando como conquistas de la propia comunidad educativa. Habría que propiciar, desde los sectores educativos más concienciados, que esta carencia suponga una sensibilización mayor y nos lleve a una mayor profundización de la democracia escolar.
Consideramos que el profesorado no se debe limitar a ejecutar lo que han preparado los expertos o contar lo que dicen los libros, sino que debe ser protagonista de su acción docente. Esto exige, además de la reflexión personal, la participación en los órganos colegiados del centro y el intercambio fluido de experiencias. La coordinación con otros docentes está también siendo limitada en estos momentos por esta situación. El profesorado se está centrando en garantizar la seguridad del alumnado y la suya propia, en el seguimiento de complejos protocolos que permitan hacer efectiva la enseñanza presencial. Los grupos burbujas y las limitaciones del número de participantes en las reuniones están haciendo que se hayan suspendido temporalmente las reuniones de coordinación de ciclos, de departamentos, de comisiones de coordinación pedagógica, los claustros, de consejos escolares. En definitiva, se está dificultando la relación de equipos docentes que necesitan una coordinación constante y estable para desarrollar el proyecto educativo, la acción educativa en las aulas y la participación en la gestión del centro.
A menudo se considera al alumnado como meros receptores de información y la enseñanza como un mecanismo de vasos comunicantes mediante el cual el docente transmite sus conocimientos al discente. Nosotros consideramos el acto educativo como un proceso de enseñanza-aprendizaje en el que el alumno debe ser el protagonista de su propio crecimiento educativo.
En muchos centros, en mayor o menos medida, la participación del alumnado es un aspecto educativo central en su formación integral. El alumno se convierte en el actor principal a través de la asamblea, donde se dialoga, se toman decisiones que afectan a todo el grupo y se eligen a los portavoces del grupo que llevan sus propuestas a los órganos de participación del alumnado en la vida del centro.
En estos momentos solo permanece, en el mejor de los casos, la asamblea de aula. El consejo de portavoces y delegados ha quedado suspendido como los demás órganos de participación del centro. También se han suprimido muchas de las actividades comunes y colectivas: los talleres internivelares, los agrupamientos flexibles, las colaboraciones intergrupales, las fiestas y celebraciones como espacios y tiempos de encuentro de toda la comunidad educativa, en las que el alumnado se encontraba especialmente reconocido (la fiesta de otoño, el día de la paz, las celebraciones colectivas de navidad, carnavales, actividades de aprendizaje-servicio, mediación…).
Cada centro educativo es especial porque está ubicado en un entorno social y natural diferente a las demás y, por tanto, los contenidos curriculares deben estar adaptados a sus peculiaridades.
En las actuales circunstancias la relación de la escuela con el barrio, con la ciudad, con el medio en que está ubicada, también queda en el aire. Es peligroso que no se revise el contenido de los conocimientos que se imparten y se siga con los currículos de siempre sin tener en cuenta lo que todos estamos viviendo. No es lógico seguir obsesionados con acabar los programas, que suelen estar demasiado alejados de la vida que tienen los alumnos y alumnas. Se hace necesario una revisión profunda de los contenidos para hacer un currículo abierto a la vida y a los problemas que vive la humanidad.
Creemos que la difícil situación estamos viviendo puede convertirse en una excelente oportunidad para dar un cambio radical a una educación que sigue centrada, con demasiada frecuencia, en contenidos obsoletos que generan la gran ignorancia en que nos quiere sumir el sistema neoliberal para seguir controlándonos más y mejor. Se hacen necesarios unos contenidos que nos ayuden a leer el mundo en que vivimos para que nos podamos comprometer todos ética y políticamente en su transformación humanizadora.
Quedan otros muchos aspectos que es necesario tener en cuenta y no dejar de tratar: el riesgo de que siga profundizándose la segregación y la exclusión de los más débiles, si seguimos manteniendo una escuela selectiva y clasista como la que tenemos. La sustitución, aunque sea parcial, de la jornada escolar presencial por otras opciones alternativas como la semipresencialidad y la enseñanza online. La excepcional opción por la jornada continuada está justificada, pero tenemos el riesgo de que se haga permanente y generalizada con el consiguiente perjuicio para quienes menos recursos tienen, si además no se arbitran espacios educativos gratuitos alternativos coordinados con la enseñanza reglada.
Una vez más no podemos dejarnos arrastrar por la emergencia. Merece la pena detenernos a reflexionar y, sin dejar de afrontar las urgencias, abordar aquellos aspectos que son importantes para la vigencia de la escuela pública. Nosotros intentaremos seguir dando respuesta y aportar nuestro grano de arena en sucesivos artículos.