Lee el número 301 de GETAFE CAPITAL
GETAFE/A fin de cuentas (29/10/2020) – Los ciudadanos están al límite, cansados de rencillas, agotados de tanto espectáculo político. Hablamos hasta la saciedad de políticos, de dimes y diretes, de enfrentamientos entre unos y otros, de lo que dicen en redes sociales, y tan poco de POLÍTICA que urge una revisión de conjunto. Nos perdemos en las formas, en el quiénes, y nos olvidamos del qué y sobre todo del para qué. Y es necesario poner en el centro del debate a los ciudadanos y sus necesidades. Estamos cansados de oír hablar de normativas, de paraguas legales, y muy poco de las medidas, de su justificación… estamos agotados.
Se impone un cambio de paradigma. Después de tanto sufrimiento es hora de que el tono cambie, que las actitudes de todos los políticos sean generosas, que nos den confianza, que sepamos que más allá de sus propios números, encuestas, programas e ideologías, son capaces de sentarse y llegar a acuerdos en un momento tan excepcional como este. De verdad que necesitamos el aire fresco que daría el no tener sobresaltos cada vez que un representante político aparece en televisión. Más Gabilondo (a pesar de lo que digan) y menos ayusadas.
Es un momento clave en la historia. Un año que se estudiará en los libros. El año de la pandemia. Y en las grandes catástrofes surge siempre una oportunidad de reinventarse. Cambiar el modelo, apostar por el medioambiente, por la digitalización, recuperar nuestra industria, volver a ser importantes y relevantes en el plano internacional, más allá de ser un país de camareros y sol. Ese objetivo se logra con pequeños gestos en todos los ámbitos de la administración. En esta ocasión tenemos a Europa de nuestro lado y es fundamental que todos caminemos unidos para no desaprovechar esta oportunidad.
De verdad, nos jugamos nuestro futuro. Nadie sobra; en este país nadie sobra. Debemos repetirlo para interiorizarlo, porque estamos generando tanto odio, que da la impresión de que seríamos felices borrando al que piensa diferente. No nos resignemos a eso. Podemos convivir en la diversidad, podemos ser generosos, podemos ser mejores personas. Podemos hacer política en nuestro día a día. Junto al diferente; de la mano. Este es nuestro punto de inflexión. Y solo así venceremos al virus. Solo así daremos el primer paso para ganar las batallas que nos quedan por delante. Juntos.