GETAFE/Educación (18/09/2020) – Desde el inicio del curso escolar, cientos de padres del Colegio Público Rosalía de Castro de Getafe se están movilizando para evitar la formación de grupos mixtos. La Comunidad de Madrid, para poder cumplir con la bajada de ratios en las aulas, está permitiendo la composición de estos grupos como forma de controlar los contagios por Covid-19. Este hecho se suma a la misma reivindicación de las familias del colegio Concepción Arenal que consideran que los alumnos que formen parte de los grupos mixtos tendrán una educación de peor calidad que el resto y, por ello, solicitan la creación de clases y la contratación de personal docente.
Las familias han mostrado su preocupación sobre la situación y consideran que esta actuación por parte del Gobierno regional supone una vulneración de los derechos educativos. Los padres de este colegio público ven que a sus hijos, pertenecientes a los grupos mixtos, se les está tratando de forma discriminatoria respecto al resto de compañeros y con una disminución de oportunidades como consecuencia de la segregación.
Los cientos de padres de los alumnos del colegio Rosalía de Castro han explicado que «no se ha dotado al colegio de las medidas, instalaciones y personal necesario para poder afrontar la vuelta al cole de la forma más segura y adecuada a las necesidades de todos los niños. En el grupo mixto de 4º y 5º de primaria conviven y se imparte clase a 20 niños de ambos cursos. En muchas ocasiones compartirán profesor, a pesar de que las materias estudiadas y contenidos son distintos. Evidentemente, supondrá un claro retraso o sobreesfuerzo de los niños si quieren estar al mismo nivel que el resto de sus compañeros que asisten a grupos normales. Muchos de ellos no querían acudir al colegio al conocer la noticia de que se les sacaba de su grupo para incorporarles en otro grupo nuevo y con niños de otros cursos».
Las familias además señalan que «por parte del colegio no se ha explicado convenientemente cómo van a proceder a nivel curricular ni tampoco a nivel emocional, cuando los problemas derivados de esta situación en el ámbito pedagógico y afectivo son enormes. Desde la dirección del centro no se nos ha facilitado una reunión a los padres afectados en la que se explique y detalle los dudosos criterios de asignación de los niños a esos grupos mixtos, limitándose a un escueto comunicado en el que se informa de que el criterio seguido ha sido por tener en cuenta casos que por necesidades concretas debían mantenerse en su grupo de origen y con el resto hacer un sorteo».
Asimismo, respecto al sorteo, los padres manifiestas que «no ha sido público ni con garantías, pues ningún padre ni representante ha podido asistir al mismo y comprobar su forma de realizar y resultado, lo que, lógicamente, le hace nulo. Desde el colegio se apela a los padres depositen su confianza en un centro que no está dando información y está haciendo las cosas a lo ‘Juan Palomo’, dando los resultados a los padres como cosa hecha e invariable».
Los cientos de padres y madres del Colegio Público Rosalía de Castro de Getafe se han movilizado, tanto por escrito como a través de distintas plataformas como ‘change.org’, para hacer llegar ante la Consejería de Educación y el Ministerio de Educación sus quejas sobre la situación educativa en los colegios públicos. Asimismo, muestran su preocupación por la falta de movilización por parte del equipo directivo del colegio.
«Los menores llevan desde el mes de marzo sufriendo la pandemia de muy diversas formas, la vuelta al colegio suponía un reencuentro con sus amigos de siempre y un retorno a la normalidad, encontrándose de repente en una situación totalmente desconocida que no hace sino agravar las consecuencias de la pandemia y cebarse doblemente con este grupo de niños, quienes ven que el resto de sus amigos siguen en sus clases con sus compañeros desde los tres años, y no entienden el motivo de su segregación«, han explicado las familias.
La exigencia de los padres de los niños afectados por la creación de estos grupos mixtos es que se creen tres clases de cada grupo, permitiendo así mantener a los niños con sus compañeros respetando el ratio marcado por la Comunidad de Madrid, que es de 20 niños máximo por aula. De esta manera, aprueban que la ampliación del número de aulas suponga la contratación de más profesores y la modificación provisional de las instalaciones del colegio. Las familias han manifestado que «solo de este modo se estaría garantizando los derechos de los niños. Esta medida es altamente discriminatoria para estos niños respeto al resto de niños que mantienen sus clases con compañeros del mismo nivel y curso. Garantizar la seguridad de los niños no debe estar reñido con mantener y asegurar la mejor educación. Es deber de la administración Educativa y de los docentes garantizar la igualdad de oportunidades de todos los alumnos en la escuela pública».