GETAFE/Rincón Psicológico (03/07/2020) – Ya es verano, una nueva y extraña “normalidad” ocupa nuestras vidas. Aún tenemos muy presente lo que hemos vivido los últimos meses, por eso he querido hacer una pequeña reflexión sobre aquellas cosas relacionadas con la sexualidad, que he visto como iban cambiando. Desde las emociones, las relaciones de parejas o las relaciones sexuales.
Estos son los cambios que más me han sorprendido:
Valorar el contacto físico: Quizás este sea el cambio que se ha hecho más evidente y del que más hemos oído hablar. Tenemos la necesidad de abrazar, tocar y sentir a los demás. Quienes conviven en pareja o en familia quizás hayan notado menos esta necesidad. También se ha notado al reencontrarnos con los demás y saber que no podemos tocarles o abrazarles como hacíamos antes.
Muy relacionado con este contacto físico, pero desde el plano emocional destacaría echar de menos, es decir la necesidad emocional, no solo física de tener contacto con los demás.
Idea sobre el sexting: El sexting es el intercambio de mensajes y fotos con contenido sexual a través de las redes sociales. Siempre he oído muchas críticas hacia esta práctica, aludiendo a sus riesgos, que los tiene, pero en cierto modo culpabilizando a quienes la realizan o incluso disuadiendo. Por eso ha sido para mí muy sorprendente ver muchos contenidos con recomendaciones sobre el sexting seguro, incluso hablando de las grandes ventajas que tiene. Esto me hace ver como al final todo es relativo y supongo que en una situación como esta el sexting es un “mal menor”. En cualquier caso mi opinión al respecto sigue siendo la misma. Mientras te apetezca, lo hagas con deseo y consentido (también con sentido)… ¡Disfrútalo! Exactamente igual que ocurre con cualquier otra práctica erótica (un beso, un abrazo, caricias…).
Fantasías eróticas: Muy relacionado con el sexting están las fantasías eróticas y la masturbación, creo que se ha hablado mucho más sobre ello y se le ha dado una mayor visibilidad y normalización, algo que me parece importante. Por supuesto no en todos los entornos, pero creo que sí ha ayudado a ver tanto las fantasías como la masturbación como algo mucho más cotidiano en nuestras vidas.
Autoimagen- autocuidados: Hemos visto muchísimas opciones online para cuidar nuestra alimentación, hacer ejercicio en casa… Aquí se ha manifestado la necesidad de hacer cosas y también en algunos casos la culpa por no tener ganas o tiempo para hacerlas. Pero desde luego que considero que hemos valorado la importancia de cuidarse a uno mismo, verse bien, “arreglarse” aunque sea para estar en casa, es decir poner en valor que los autocuidados son para la propia persona, para su autoestima y no para los demás.
Relacionado específicamente con las parejas destacaría cuatro áreas a las que les ha afectado el confinamiento y por supuesto ahora también el desconfinamiento:
Como afectan nuestras emociones al deseo. Sentirse alegre, motivado, triste, apático… cualquiera de nuestras emociones va a afectar en mayor o menor medida en el deseo erótico. Creo que ese es el motivo principal por el que muchas parejas han experimentado cambios, dependiendo de como se hayan ido sintiendo con la situación. Y es que el deseo sexual está muy relacionado con nuestro estado emocional.
Relaciones/crisis de pareja: De forma habitual no compartimos tanto tiempo en pareja, las relaciones sociales, familia, trabajo, deporte… esto hace que pasemos poco tiempo juntos. El confinamiento ha sido una gran oportunidad para reencontrarse, en muchos casos ha evidenciado las diferencias y ha hecho que muchas parejas decidan poner límites o incluso separarse. He de decir que en contra de lo que se piensa, muchas otras parejas han salido reforzadas y con los dos siguientes puntos entenderás el porqué.
Juego de la seducción: ¿Te has dado cuenta de que se nos ha olvidado seducir? Creo que este es un hecho generalizado, pero se hace mucho más evidente cuando convivimos en pareja y damos por hecho que ya no hay que hacerlo. Es muy habitual que se nos olvide y esta ha sido una buena oportunidad que ha hecho que muchas parejas vuelvan a jugar y a encontrarse.
Compartir tiempo en pareja: La convivencia intensiva ha hecho que disfrutemos de un tiempo juntos y solos. Estoy segura de que en muchos casos ha sido un tiempo de calidad que hacía mucho del que no disfrutaban y esto invita a intimar, a volver a darle valor a compartir la vida en pareja. Si es tu caso, te invito a que no lo pierdas y trates de tenerlo presente en tu “nueva normalidad” dándole ese espacio que seguramente habíais perdido.
Son muchos los ajustes que hemos hecho a nuestra vida cotidiana. La vida sexual no iba a ser menos importante, pues todas las personas tenemos sexualidad aunque cada uno la vivamos de una forma diferente.
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