GETAFE/Varios (25/05/2020) – Muchos son los especialistas que durante el confinamiento han alertado de que el miedo al contagio de la COVID-19 estaba provocando que muchas personas no estuvieran prestando la atención adecuada a otros problemas de salud.
Y es que, mientras que la tos seca y la fiebre hacían saltar todas las alarmas y la mayoría corrían al teléfono para recibir instrucciones al creerse enfermos a causa de este virus que sigue causando estragos por el mundo. Otros muchos, no prestaban la suficiente atención a las pequeñas señales que otras patologías muestran.
Algo tan común como el sangrado de las encías padecido durante semanas sin acudir a un especialista, puede tener graves consecuencias para las encías y también los dientes de aquellos que lo padecen.
Algo similar ha ocurrido con los ojos, tras largas horas delante de las pantallas de televisión, ordenador, tablet y/o smartphone, los ojos se enrojecen, la vista se cansa y lejos de parar, se continúa como si no ocurriese nada.
Sin duda, el confinamiento habrá cumplido su objetivo principal, evitar el contagio del coronavirus, pero traerá consigo un incremento de otros problemas de salud que, si bien están muy lejos de causar la muerte, pueden tener graves consecuencias para la salud.
Y es que, tal y como indica un periodoncista en Madrid, “pocos son los que ante un sangrado esporádico de las encías acuden a la consulta para hacerse un chequeo. Solo cuando el sangrado es persistente, y en muchos casos el daño ya está hecho, acuden en busca de una solución. Con el confinamiento la situación se agravó, pues solo se atendían urgencias y, por desgracia, la mayoría no considera que un sangrado de encías lo sea”.
“La gingivitis es uno de los problemas dentales más comunes, caracterizada por la inflamación superficial y el sangrado de las encías. Sin embargo, cuando no se controla a tiempo puede derivar en periodontitis, una fase mucho más avanzada de la enfermedad que cursa con la pérdida de hueso de soporte de los dientes y la formación de bolsas que permiten la entrada de bacterias, pudiendo llegar a producirse la pérdida prematura de los dientes”.
La placa bacteriana puede llegar a causar auténticos estragos tanto en las piezas dentales como en las encías, pero por fortuna existen tratamientos efectivos, eso sí, las revisiones periódicas son clave, y cuanto antes se detecte, más sencillo será solucionar el problema con éxito.
Habrá de transcurrir tiempo hasta que se conozca con exactitud los problemas reales que el confinamiento ha provocado.