GETAFE/La piedra de Sísifo (26/05/2020) – Cuenta la Historia que, tras volver victorioso de alguna campaña, un general romano ofrecía su triunfo al pueblo en un desfile hasta el Senado, encabezado por él mismo, sobre la cuádriga más lujosa, vestido con una túnica reservada para esos eventos y, a su espalda, un esclavo sujetaba sobre su cabeza una corona de laurel y repetía a su oído a cada poco, memento mori (recuerda que eres mortal), mantra que pretendía despertar la humildad del agasajado y evitar endiosamientos que no solían terminar bien para el interfecto.
Al tanto del recurrente regreso de Ángel Torres a su reivindicación favorita, prácticamente desde el día de su entrada al Coliseum, que es hacerse con la titularidad del estadio y, después, ponerse en manos del “mercado” para sacarle un jugoso beneficio de muchos ceros. Esta vez hay una vuelta más de tuerca detrás (o dos), ya que podría usarse el terreno sobre el que está construido, como exponente sobre una hipotética cifra de venta del club, que dispararía su precio a cotas desmesuradas; además, de todos es conocida la poca (ninguna) química existente entre el presidente del Getafe y la alcaldesa de Getafe lo que ayuda poco en las relaciones.
Pero al escuchar las declaraciones de Torres, sobradas de soberbia y muy faltas de sentido de la realidad, comparando tácitamente su influencia e importancia en la ciudad con la de la alcaldesa y el Ayuntamiento, no vendría mal que, en sus “baños de popularidad” por la calle Madrid, fuera seguido por un utillero que, además de portar la sempiterna corona de laurel, repitiera discretamente a su oído, cada pocos metros memento mori, que, en traducción libre, podría interpretarse como, recuerda que puedes bajar a Segunda División o más abajo y el aficionado pedirá tu cabeza.
Vivimos momentos complicados, muy complicados en lo sanitario, en lo social, en lo humano y en lo económico como para que, en los ámbitos que sea, tengamos que soportar “ataques de ego” tan inoportunos como la irrupción de La Tuna en un velatorio; el arrebato de Torres no va a la zaga, en lo local, a otros más trascendentes a escala nacional y su altanería mencionando su popularidad en comparación con Sara Hernández, en los momentos que vivimos, es otra muestra más de lo que, acertadamente, se denomina “un tiro en un pie”.
Porque, popularidad futbolística aparte, el Getafe S.A.D. no se ha distinguido por su generosidad para con la ciudad y sus vecinos precisamente, al contrario, ha mantenido comportamientos mezquinos y cicateros que han quedado en un segundo plano deslumbrados por el éxito deportivo pero, con poco que se rasque con la uña, son bastante ilustrativos.
Sinceramente, no me imagino al club de fútbol prestando los servicios que presta el Ayuntamiento en todos los aspectos a su alcance, sobre todo porque no es su espacio, ni a la institución pública metiéndose en fichajes o contratos televisivos. Cada uno entra en el terreno que tiene asignado y Ángel Torres haría muy bien en no agitar, de manera ventajista, un avispero que ya está muy soliviantado tras las imprescindibles medidas adoptadas para superar la pandemia.
Para terminar, una idea, ya que Torres tiene tantas ganas de tener un estadio, puede construirlo por sus propios medios en los terrenos que él posee, algo más al este, junto a la M-45, y, después, si quiere, que especule lo que le parezca con lo que es suyo. Tanto el Coliseum como la ciudad deportiva pertenecen a la ciudad de Getafe y su patrimonio no se enajena por caprichos que apestan a pelotazo.
Volviendo a lo serio, espero que estés bien y, no lo olvides, sé feliz