GETAFE/Reportaje (15/05/2020) – Se han multiplicado durante los últimos dos meses: Protección Civil ha estado en las residencias, en el hospital, en la calle, en los comercios, con los mayores y también con los niños, repartiendo comida a los más necesitados… Una mañana con ellos da buena cuenta de la ingente labor que han desarrollado para luchar contra los efectos del coronavirus.
El teléfono de Arturo Fuente no deja de sonar. El jefe de Protección Civil de Getafe atiende a la emisora, habla con el hospital, coordina con Alcaldía las intervenciones, recibe peticiones de comercios, reparte las tareas entre los equipos que diariamente están haciendo frente a esta crisis… A sus espaldas días muy intensos en los que los voluntarios se han multiplicado para ayudar en todo lo que hiciera falta. Suman 4.000 horas de trabajo y más de 350 servicios en apenas dos meses.
“El 14 de marzo, con el estado de alarma, creamos un grupo especial en Protección Civil”. Fueron los encargados de organizar todo el entramado que se pondría en marcha. De los 77 voluntarios que habitualmente colaboran en el cuerpo municipal “quitamos a los que trabajan en seguridad, en sanidad, al que se puso en cuarentena o a las personas de riesgo”. Quedaron 55 personas “con las que empezamos a montar los servicios”.
Lo primero fue ponerse a disposición del Hospital de Getafe. Además de hacerles llegar el material que iba llegando de donaciones de particulares y de empresas, en las primeras semanas comenzaron a repartir los tratamientos oncológicos y nutricionales de enfermos, para evitar que salieran a la calle y tuvieran que desplazarse al hospital. “Tenemos a un voluntario por la mañana y otro por la tarde”.
La predisposición ha sido total. “Además hemos tenido a personas que han sufrido un ERTE, que trabajan en la administración o que están en paro que se han volcado aquí”. Solo en tratamientos han repartido más de 1.300. “Y no solo en Getafe, también hemos tenido que llevarlo a Boadilla, Madrid, San Fernando… Enfermos que están en casa de los hijos o en otras residencias”. Los kilómetros se acumulan a las espaldas, pero los enfermos lo agradecen. “Hay detalles bonitos, como el otro día que nos llegaron unas bolsas de caramelos de una mujer a la que llevábamos el tratamiento oncológico”. Pequeños gestos que en estos tiempos son los más importantes.
La emergencia sanitaria ha dejado paso a otras urgencias más primarias: hay quien no tiene ni qué comer y el confinamiento ha cortado cualquier vía de conseguir alimento. ONG como Solidaridad y Esperanza se han puesto en marcha junto a la Delegación de Bienestar Social y con el apoyo de Protección Civil para repartir cajas de comida. Mohssin Haddad, presidente de Solidaridad y Esperanza, creada en 2014, no lo dudó.
“Ayudábamos a 160 familias, pero ante esta crisis hemos conseguido llegar a más gente: 700 familias en Getafe”. Casi 500 han venido derivadas de Bienestar Social, además de otras asociaciones. Las donaciones se han multiplicado, pero también “los que necesitan ayuda. Había gente que estaba estable, pero les han metido en un ERTE que aún no han cobrado; otros están en el paro; y otros que ni siquiera eso”. Mohssin confía en que la renta básica llegue pronto.
“Esperamos que haya coraje político para que haya apoyo social a las familias que más lo necesitan”. Diariamente preparan cestas de comida que luego recoge Protección Civil para llevársela a sus destinatarios en un furgoneta que les ha prestado Europcar durante esta crisis. Pero antes, toca parada en una empresa del polígono, Leyfam, una de tantas que está colaborando.
Primero regalaron bocadillos a sanitarios y fuerzas y cuerpos de seguridad. Ahora preparan diariamente lotes de comida para repartir. “Hoy les hemos entregado lomo al ajillo para 30 familias; otros días mortadela, jamón york…”, cuenta Cristina Caballero. Sus proveedores también colaboran y “se te caen las lágrimas con algunos mensajes reconfortantes que nos mandan”. Todo un esfuerzo para una empresa pequeña, de apenas 6 trabajadores.
Sonia recibe la caja de comida con uno de sus pequeños en brazos. “Tengo tres niños. Estaba trabajando en una casa, muy pocas horas, pero ahora no puedo ir”, confiesa. “La desesperación es mucha. Tengo dos bebés gemelos y todo lo gastan por doble”. Visiblemente emocionada recoge la cesta que Protección Civil se ha encargado de llevarle.
Las residencias han sido otro de los puntos calientes de esta crisis. Y Protección Civil les ha tenido en cuenta desde el principio. Llevando el material que voluntarios iban haciendo cuando apenas había suministros ‘oficiales’ y repartiendo el que llega de la Comunidad de Madrid. “Cada dos días vamos a llevar material. Y hacemos un seguimiento: les pedíamos datos de fallecidos, cuánto tiempo podían tener los cadáveres…”. Y se encargaban de, en los peores momentos, tratar de agilizar gestiones con la UME o bomberos para retirar cuerpos. “Hasta 60 horas los han tenido allí”, lamenta Arturo Fuente. En los datos que han podido recoger la estimación es que han fallecido unos 150 mayores en las residencias por el Covid-19.
En los primeros momentos hubo que improvisar. “Recibíamos donaciones de particulares; nos llegaron ponchos impermeables de la Warner; también Airbus Illescas pudo hacer batas con los plásticos que les íbamos consiguiendo… ¡en el Hospital he visto hacer batas con bolsas de basura!”.
También colaboraron con los Covid Makers que realizaron pantallas en la primera fase de la crisis, recogiendo y repartiendo lo que hacían. Ahora también reciben los restos del desmantelamiento de IFEMA. “Están regalando todo el material”. Acompañamos a una unidad en la recepción de uno de los camiones (“la ATG, la Agrupación de Transportistas de Getafe, también está colaborando con nosotros y en cuanto lo necesitamos nos cede un camión”) cargado de material del IFEMA: “geles, champús, compresas, calcetines, gafas de protección, pañales, mochilas, kit de zapatos, dental… en IFEMA no quieren que quede nada…”.
Con Solidaridad y Esperanza verán también qué puede valer para las familias más necesitadas. Arturo no quiere que la gente se confíe. “Parece que quieren volver a enero, como si nada hubiera pasado. Ojalá esté equivocado, pero puede haber un repunte”, advierte. De momento, devuelven los respiradores que habían conseguido de pequeñas empresas como clínicas veterinarias, porque el Hospital ya no los necesita. “Ya no hay respiradores, las carpas se han quitado. Si viene un repunte ahora… no lo puedo entender”.
Han ayudado en el reparto de mascarillas por el municipio y también se encargan de atender peticiones particulares de personas mayores, por ejemplo, que las necesitan y no pueden bajar a la calle. También, con la desescalada, tienen previsto ayudar en los paseos a aquellos mayores que no pueden bajar a la calle solos. Y se han acordado de los más pequeños. (“No hemos podido hacer cumpleaños, porque teníamos hasta 10 peticiones al día y era imposible”). Durante un fin de semana repartieron 2.000 diplomas para los peques, mientras hacían lo propio con mascarillas. “Esto es historia. Nuestros abuelos nos contaron la guerra; nuestros niños contarán esto”. Y Protección Civil estuvo ahí.
La Asociación Nacional de Agrupaciones de Voluntarios de Protección Civil tiene como presidente desde hace 6 años a Arturo Fuente. ANAV comanda “unas 1.600 agrupaciones con representación en todas las comunidades autónomas y en todas las capitales de provincia”. En estas fechas estaba previsto que se celebraran las elecciones para elegir a la nueva junta directiva que esté al frente de la agrupación más grande de voluntarios de ámbito estatal. El Covid-19 también ha pospuesto esos planes. “La asamblea se celebrará en Errentería en el País Vasco en cuanto sea posible”. Arturo Fuente aspira a repetir mandato y ya tenía preparados los avales para presentarse de nuevo: un 15% de las agrupaciones existentes tienen que avalar al candidato. De momento, tendrá que esperar. Mientras tanto siguen trabajando en coordinación con otras agrupaciones. “Hemos atendido más de 400 peticiones de información de toda España”, cuenta Fuente. También han puesto en marcha cursos on line sobre el Covid para los voluntarios de Protección Civil y han creado un parche recordatorio de esta crisis.
Protección Civil nació en Getafe en 1982: “Empezamos 13 radioaficionados. Yo era el jefe de la unidad de comunicación: teníamos 3 walkies que sacó José Luis García de la Vega, nuestro concejal de Seguridad, de Marconi”. Entonces su sede estaba en el edificio donde ahora está el estanco, en la plaza de la Constitución. “Nos dejaron una sala, unos monos naranjas de la base y un Seat Ritmo”. Luego ya vendrían otras sedes en la calle Leganés, en Ericsson con la policía, de quienes ya no se separaron: fueron al RACA y ahora en el edificio colindante a la sede de Policía Local en Sector III. En 1992, Arturo Fuente fue nombrado presidente de Protección Civil.