GETAFE/Economía (16/05/2020) – Unos han tenido que cerrar durante el estado de alarma, otros han podido aprovechar su nicho de mercado en esta crisis. Y todos mantienen la esperanza de que el regreso a la “nueva normalidad” les haga salir a flote. Marian Higuero ha aprovechado el tiempo. “Estos meses los he invertido en hacer cursos, preparar mejoras, cambios…”. Cerró su centro de belleza ecológico Naib antes de que se decretara el estado de alarma. Ya veía que algo no andaba bien y que el contacto en un trabajo como el suyo es estrecho con los clientes.
“Estoy orgullosa de haber cerrado”. Tuvo que hacer un ERTE para la empleada a media jornada que tiene en el centro y desde entonces se prepara para la vuelta. “He hecho tres cursos, uno de ellos con GISA”. Ha buscado potenciar aspectos digitales de la empresa. “Mejorar la visibilidad por internet y las redes sociales”. En épocas de confinamiento, el contacto con el exterior se ha producido por internet. Y ahora prepara la reapertura, que calcula que se podrá producir en el mes de junio. “Mi negocio es de responsabilidad social y con la naturaleza”. Por ello la protección y la prevención serán unas de sus máximas. “Mascarillas sí o sí, guantes, y desinfección por máquinas de ozono: no son beneficiosas durante todo el día, pero sí para desinfectar las cabinas entre clienta y clienta”. Su obsesión es no poner en peligro a nadie en un trabajo que requiere mucho contacto físico: “Yo no puedo dar un masaje relajante con guantes”. Mientras espera la apertura, ha cambiado la decoración de la tienda “que era muy otoñal”. Para cuando vuelva a abrir, será casi verano.
El cerrojazo en la economía lo han sufrido de manera drástica sobre todo en la hostelería. En Soul Pizza, en el barrio de Getafe Norte, han mantenido una actividad mínima y lo están pasando mal. “Está siendo todo muy duro. Es una pizzería familiar, un negocio del que vive toda la familia”, explica Denys Gainetdinov. Aunque han solicitado las ayudas para autónomos “sigo teniendo que pagar alquiler del piso, del local, gas, luz…”. Se intentan mantener a flote con el servicio a domicilio pero “los pedidos para llevar a casa son pocos y casi ni compensa tener que encender horno, cámaras…”. Están deseando que se puedan empezar a abrir las terrazas. “Los clientes no podrán acceder al local, pero al menos poder abrir con 3 mesas en la terraza”.
Desinfección de mesas, mascarillas, guantes, e incluso una barra especial para recoger pedidos. Denys busca las mejores estrategias para poder reabrir con seguridad Antonio Delgado también lo pasó mal cuando tuvo que cerrar su establecimiento, la Cafetería Baviera, en el barrio de La Alhóndiga. “Pensábamos que iban a ser 15 días, pero esto no lo esperábamos”. Tuvo que hacer un ERTE a las 11 personas que trabajan para él: “Piensas en ellos, en la situación que estarán pasando…”, lamenta. No quiere precipitarse a la hora de volver a la actividad. “Cuando tienes tantas altas, no puedes lanzarte así como así”. Abrir una terraza al 50% no le compensa y por eso apuesta por retrasar la apertura a junio. “Si tienes que enchufar la luz al 100% con una factura de 800 euros al mes y trabajas al 50% y con la gente mermada por la economía… es difícil”. Para su apertura prepara pantallas para los trabajadores, geles de espuma para los servicios, códigos QR para eliminar las cartas “y una persona que se va a dedicar únicamente a desinfectar las mesas y las sillas cuando el cliente se levante. No es un paripé: es la tranquilidad de la gente”.
En La Candela en el barrio de Juan de la Cierva también coinciden: no abrirán hasta la fase 2. “Tengo dos empleados y tuvimos que hacer un ERTE, que afortunadamente ya han cobrado”. Paco Suárez ha utilizado todos los mecanismos a su alcance: ha solicitado las ayudas por cese de actividad de autónomos, un crédito ICO, las ayudas que GISA ofrece a los autónomos… “También Iberdrola nos comunicó que mientras durase el estado de alarma no nos cobraría y fraccionaría las facturas en los siguientes meses”. Incluso ha recibido la ayuda de su casero. “No nos está cobrando el alquiler, se está portando muy bien con nosotros”. No valoró el reparto de comida a domicilio. “No es nuestro negocio”, confiesa. Y espera a que puedan abrir algo más allá de la terraza. “Solo con eso no podríamos sufragar gastos”. Mientras, en una situación “extraña para nosotros que trabajamos 14 o 15 horas diarias durante 6 días a la semana”, preparan la vuelta con geles, mascarillas, guantes, ozono… “Hemos contratado una empresa para hacer la limpieza y desinfección del local”. Lo siguiente será ponerse en marcha.
Hay empresas que han sabido encontrar su nicho de mercado en esta crisis y Bioled es una de ellas. Tienen su sede en el centro de empresas de GISA en la calle Carpinteros, y desde allí crean dispositivos de luces ultravioletas que habitualmente se emplean en horticultura. “Pero desde hace año y medio conseguimos la certificación CEETI para las lámparas de desinfección”, explica Pedro Cifuentes, una de las dos personas que componen la empresa. Una iniciativa pionera que promueve la luz de leds para la desinfección de espacios. “Nos están solicitando mucho los tótem de luminarias”. Este sistema de desinfección les está dando alas en la empresa, con la ayuda también de GISA “que durante este tiempo no nos está cobrando alquiler. También hemos solicitado las ayudas que han ofrecido a los autónomos”. Con las nuevas tecnologías y reuniones virtuales estamos “pudiendo mantener el ritmo de trabajo”. Además, apuestan por la fabricación en España. “Preferimos sacrificar margen de beneficios y tener proveedores nacionales”.