GETAFE/Palabra de concejal (18/05/2020) – El pasado 11 de mayo aprobábamos, con el voto a favor de todos los grupos municipales, excepto VOX, la constitución de una comisión para la elaboración de un plan de reconstrucción en Getafe ante el impacto generado por la COVID-19.
Ya hemos iniciado las primeras reuniones de los grupos de trabajo de dicha comisión, donde aportaremos nuestras propuestas, como ya lo hemos venido haciendo, hasta ahora, en las reuniones de la Junta de Portavoces, que desde el inicio del estado de alarma y de confinamiento, hemos ido manteniendo.
Empezamos a vislumbrar las consecuencias sociales de esta pandemia en Getafe: El crecimiento del paro, superando ya las 12.000 personas, las 3.630 personas que se han dado de baja en el Régimen de la Seguridad Social, las 1.498 solicitudes de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo, la emergencia de la economía sumergida en toda su crudeza, la existencia de hogares, confinados en una misma habitación, el aumento escandaloso de las personas y familias en búsqueda de alimentos,…
El sufrimiento que estamos viviendo estas semanas nos señala algunas lecciones que ya hemos aprendido:
Las políticas neoliberales, el individualismo, el mercado por encima de las personas, han deteriorado no sólo las relaciones económicas y laborales, sino que han debilitado las relaciones humanas en todos los niveles. Sus políticas de recortes y privatizaciones de los servicios públicos, son las que han construido un modelo de atención en residencias, por encima de toda consideración de cuidados de los mayores.
Tenemos que afrontar las desigualdades. Las pandemias no matan tan indiscriminadamente como se cree. Tienen su máximo impacto en los colectivos vulnerables: trabajadores y trabajadoras empobrecidas, precarias, mujeres, inmigrantes, refugiados, personas sin hogar, mayores que viven solos…
La gestión de los bienes comunes debe quedar fuera de los intereses de mercado. En esta y en otras muchas cuestiones, en relación con la salud y los cuidados, la eficacia resulta imprescindible.
En definitiva, se trata de garantizar los derechos constitucionales de las personas en situación de exclusión social, que están más expuestos ante los efectos inmediatos de la COVID-19.
Hay que repensar el modelo social y la necesidad de disponer de recursos colectivos. Va a ser más necesario que nunca volver a convocarnos en defensa de lo público.
Desde Más Madrid Compromiso con Getafe pensamos que en nuestro municipio hay que diseñar un plan de emergencia que no deje a nadie al margen. Un Plan que se va a tener que alargar en el tiempo. Un plan que debe basarse en la transparencia y participación de todos y todas y que tendrá que ir más allá de lo estrictamente municipal, con una mirada hacia el Sur de Madrid.
Será necesaria la Creación de una Oficina de «Ventanilla Única» con la finalidad de facilitar la información, orientación y el acceso a los recursos del gobierno central y autonómico, así como a las ayudas que desde el municipio se aprueben.
Tenemos que garantizar una alimentación sana y equilibrada, especialmente para la infancia, familias sin recursos y personas solas o en situación administrativa irregular. Hay que caminar por la senda de sustituir la entrega de alimentos, por ingresos y garantías de rentas.
Hay que alumbrar el derecho de un Ingreso Mínimo Vital a nivel municipal, que cubra a todas las familias vulnerables o en situación de necesidad, con una partida presupuestaria municipal complementaria, mientras llegan las Rentas Mínimas de Inserción o el Ingreso Mínimo Vital anunciado desde el Gobierno de Coalición.
Es necesario garantizar el empleo como el principal redistribuidor de la riqueza, al mismo tiempo que sirve como un servicio a la comunidad, impulsando políticas locales de empleo.
El derecho al acceso a una vivienda digna se constituye como un espacio de referencia de vida, de socialización y de desarrollo personal.
Debemos garantizar el derecho a la educación en todos los niveles educativos. Ofertando plazas públicas gratuitas, de calidad, para toda la población. La educación es la mejor herramienta para la construcción de valores: la cooperación sobre la competitividad, lo comunitario frente al individualismo, el interés de todos y todas por encima del interés privado.
La necesidad de impulsar una nueva cultura de los cuidados, se ha hecho evidente de la forma más cruel estos días. Una nueva cultura de los cuidados que introduzca la prevención, la planificación y la evaluación, para mejorar la atención y el soporte a la población dependiente.
Saldremos de esta emergencia sanitaria si abordamos las tendencias profundas de esta crisis que sin duda es socioambiental. El cambio climático deteriora el patrimonio ecológico y los denominados “servicios ecosistémicos”, y se erosiona su contribución al bienestar humano. El municipio tiene que traducir estos objetivos en medidas concretas.
Hemos aprobado la constitución de la Comisión de Reconstrucción ante los efectos del coronavirus para dar respuesta a una crisis sin precedentes, ante la cual se deben priorizar los recursos de las Administraciones Públicas, incluyendo las Entidades Locales, para minimizar su impacto y salir así, cuanto antes, de la actual situación y sus efectos.
Evidentemente, debemos trabajar para que sea el resultado de un acuerdo del conjunto de los grupos municipales. Pero debemos ir más allá. Es necesario la participación del tejido asociativo representado en el Consejo de la Ciudad y de los agentes sociales desde la mesa por el empleo, ya que el empleo es la principal herramienta para la redistribución de la riqueza y la lucha contra la exclusión social.
Necesitamos reconstruir nuestro municipio para que sea “una ciudad para las personas», donde la diversidad, la interculturalidad, las relaciones entre las distintas generaciones, son señas de identidad y convivencia. Una sociedad de personas, con derechos, por el hecho de serlo, en lo sanitario, en lo social y en lo ambiental.