GETAFE/Rincón Psicológico (15/04/2020) – Nos vamos acercando a la desescalada pero parece que Madrid se resiste y no sólo se resiste en pasar de fase sino que la población también se resiste.
Nos encontramos con el llamado “ síndrome de la cabaña” queremos, anhelamos salir, volver a nuestra vida normal si es que en algún momento la hubo pero ¿qué es lo que nos sucede que algunas personas se resisten a querer salir de sus hogares?
Seguro más de uno nos hemos encontrado estos días a familiares, amigos, compañeros de trabajo que te comentan que “bueno está bien eso de salir pero eso de juntarnos de nuevo tiempo al tiempo” y es entonces cuando uno se plantea porque a él no le sucede esto. Se habla de miedo, de inseguridad, de falta de confianza, y todos estos factores se dan.
Cuando uno ha vivido un estrés como el de este tipo desconoce como será su vuelta a la realidad.
Hemos vivido y experimentado una situación tan nueva que las “normativas” se iban modificando sobre la marcha, en el día a día, hemos perdido el control, y nos guste o no hemos vivido en una vida donde he intentado tenerlo todo controlado al menos el terreno al que pertenecía.
Nos hemos fiado de las informaciones, las noticias que se nos iban ofreciendo, y en todas ellas la seguridad que anhelábamos no era encontrada y es que es difícil ante un acontecimiento que se nos escapa de las manos, que es nuevo para todos, para científicos, profesionales de la salud, economistas. Hemos tocado con la realidad de que la vida es así, nacimos para morir y hay muchas cosas que no pueden ser controladas.
Si hay algo que se traduce en miedo a la larga es la desconfianza, cuando uno desconfía eso se vuelve incierto, dudoso, llevando a miedos aunque antes no lo tuviéramos (si uno confía mucho en un amigo y éste le hace de un día para otro algo que no esperaba la confianza se perderá y se tardará tiempo en confiar en alguien, es una de nuestras heridas más profundas que tarda tiempo en sanar). En pareja hablamos de la herida de la desconfianza pero en realidad se traduce a todo vínculo, a toda relación.
Y esto es en parte lo que sucede, lo que nos hace dudar de salir a la calle, de estar seguros, que cada día la información no es clara, y poco a poco vamos perdiendo la confianza.
Quizás estemos en un buen momento para practicar la CONFIANZA A UNO MISMO a lo que sí puedo controlar, lo que sí está en mis manos, sólo esta confianza me dará herramientas para empoderarme y seguir creciendo porque en realidad de esto se trata la vida de ir adaptándonos.
Quizás sea el momento de confiar en nosotros desde nuestra RESPONSABILIDAD SOCIAL sabiendo que esto que nos cuentan de usar mascarilla, guantes, gel y llevar ese cuidado en distancias es lo que en definitiva os dará la confianza para volver a salir a juntarnos. Cuidarnos para cuidar.