GETAFE/Cultura (17/05/2020) – A los artistas, como al resto del mundo, el coronavirus les arrolló. ¿Imaginan una ciudad sin espectáculos culturales? Pudo haber sido. Pero estaban ahí las nuevas tecnologías. Y nació Getafest, Cultura contra el virus. Desde sus casas, tras la cámara, el cantautor, Pedro de Mingo; la coplera, Ana María Puente, la pelirroja; y Blanca Sanz y Jose Luis González con sus personajes Margarita y Saturnino, se colaron en las pantallas de los getafenses y pusieron un poco de color al tedio del confinamiento. Eso sí, desde sus casas.
Los vecinos de Ana Mari han vivido el confinamiento de una manera un poco especial. En Getafe Norte, tras los aplausos, esta artista cantante de copla, Ana María Puente, la pelirroja, no lo dudó ni un instante: “Sacamos por la ventana dos altavoces, conectados a la música y un micrófono y durante 53 días he preparado distintos temas, incluyendo peticiones, que compartía desde el balcón de mi casa. Lo hacíamos desde el profundo respeto a las familias de las víctimas. La intención era hacer pasar a la gente un buen rato. Y teniendo en cuenta la cantidad de mensajes recibidos, tanto en mi móvil como a través de las redes sociales, creo que lo hemos conseguido”. Además, Ana Mari tampoco quiso faltar a su cita con el Getafest, Cultura contra el virus. Tras recibir una llamada desde la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Getafe para proponerla participar, “pronto me entusiasmé con la idea. El salón de mi casa se convirtió en un escenario con mis cortinas de fondo. Era tan bonito ver como mi arte llegaba a tantos rincones. He recibido mensajes desde Francia o Colombia”. Ana Mari dejó de actuar desde el balcón “cuando comenzó la desescalada. La gente que pasaba por debajo de la ventana se paraba a escuchar y no queríamos perjudicar a nadie o que les multaran. La verdad es que me dio mucha pena comunicar por el micrófono que era el último día. En todo este tiempo, 52 días, he preparado peticiones, felicitado a las madres, cantado saetas en Semana Santa, celebrado la Feria de Abril desde el balcón cantando rumbas y sevillanas… Para mí ha sido un entretenimiento, una motivación. Y gracias a esto, mi confinamiento ha sido mucho más llevadero”.
El cantautor Pedro de Mingo fue de los pioneros a la hora de realizar directos en las redes. “Streamingo, los llamé. Y el confinamiento fue la excusa perfecta para seguir haciéndolos. Por eso, cuando desde Cultura me lo propusieron dije sí”. También sus vecinos de la Alhóndiga pudieron disfrutar de sus temas desde el balcón. “Siempre digo un poco en broma que iba cambiando de escenario, un día actuaba desde el tendedero de la cocina y otro desde la terraza. Justo después de los aplausos salía con mi altavoz, un micro y la guitarra y tocaba algún tema”. También recibió peticiones. Y hasta participó en alguna que otra sorpresa: “Una chica de Parla contactó conmigo para pedirme que felicitara a su madre que vivía cerquita de mí. Y así lo hice. Fue muy emotivo”. El confinamiento incluso ha llevado a Pedro a crear una canción: “Ya tengo título: Castillo de naipes. Y es que se nos desmoronó todo”.
Pero como dice Blanca Sanz, de Espiral Teatro “esta situación también nos ha servido para pararnos y mirar hacia dentro”. Gracias a su interpretación de Margarita y la de su compañero, José Luis González de Saturnino fueron muchos los getafenses a los que arrancaron alguna carcajada gracias al Getafest, Cultura contra el virus. “Nos gustó la idea y recuperamos nuestros espectáculos de calle, Babá, Bobó y sacamos de la maleta a estos personajes creando pequeños esqueches e improvisaciones”. Su cámara, la de un móvil pegada con cinta de doble cara a un palo colocado en lo alto de una escalera. Todas las lámparas de la casa encendidas. Frente al objetivo, su arte y su salón. Tras las pantallas de cientos de tablets, teléfonos y ordenadores decenas de personas ávidas de cultura. “Nos divertimos mucho haciéndolo. Teníamos que haber grabado las tomas falsas”, confiesa Blanca. “Para nosotros supuso expresar, sacar de la prisión, esos sentimientos y esa incertidumbre de todo esto que estamos viviendo”. A pesar del confinamiento, la cultura se abrió paso.
A lo largo de 52 días desde mi balcón he felicitado a las madres, cantado saetas en semana santa o celebrado la feria de abril cantando rumbas y sevillanas
Para nosotros supuso expresar, sacar de la prisión, esos sentimientos y esa incertidumbre de todo esto que estamos viviendo