GETAFE/La piedra de Sísifo (26/02/2020) – Una vez llamada la atención del lector con este titular tan irreverente, demos un paseo por todo lo que acompaña a este virus por tierra, mar y aire.
Cualquier médico fiel al juramento hipocrático, que no hipocritático, empezaría por un mensaje de tranquilidad; el famoso “virus influencer”, despojado de toda la parafernalia mediática, se queda en un microorganismo con algo de mala leche, por los efectos nocivos en el bienestar del paciente contaminado, y mucha necesidad de hacer amigos, de ahí su enorme potencial de contagio. Es verdad que hay personas con patologías ya de por sí graves que, cuando se infectan y desarrollan la enfermedad, pueden sufrir severas complicaciones, pero no más que con un catarro fuerte o una gripe (también provocados por virus, por cierto).
Con datos en la mano, podemos decir que en China, sobre todo, y demás países donde se ha transmitido, la cifra de fallecidos se acerca a 3.000 (alarma), pero hay que relativizarla, estamos hablando de un universo de más de mil millones de habitantes. Solo en España (47 millones), el año pasado, la cifra de personas que perdieron la vida por complicaciones de la gripe, rondaron los 6.500 y en años anteriores, con lógicos altibajos, poco más o menos.
No lo sabemos a ciencia cierta ¿porque procede de China y allí todo es desmesurado? ¿Por intereses económicos que han espoleado y engrasado convenientemente la atención mediática? ¿Porque, como en 2008 con la crisis financiera de las subprimes, hay que buscar una excusa de ámbito internacional que justifique un ajuste brutal de la economía mundial? En serio, no hay ninguna explicación con un mínimo de lógica que se sostenga, lo único auténticamente claro es que este asunto lleva ya algunas semanas pululando sin control por redacciones de informativos y obligados gabinetes de crisis, y que no tiene visos de frenar, pararse a pensar y, después de todo eso, difundir mensajes coherentes y ajustados a un mínimo criterio científico alejado de todo sensacionalismo.
En serio, igual que todos tenemos un amigo informático al que consultamos cualquier alarma de potencial infección de virus en nuestro ordenador, también tenemos un amigo médico a quien podemos preguntar; sin altavoces, imágenes impactantes, ni demás parafernalia mediática; qué es exactamente el Corona Virus, cómo y cómo no se contagia, sus signos y síntomas, los efectos en el organismo y su tasa de mortalidad. Solo así dispondremos de información fidedigna, creíble y útil y no tanta consigna desatada virus informativos transmitidos por la infecciosa Radio Macuto.
Mientras tanto y, siguiendo los aprendizajes obtenidos de Hans Christian Andersen, en su esclarecedor cuento “El traje nuevo del emperador”, me atrevo a decir y digo que el “Emperador está desnudo” (tomando emperador por virus y ropajes por enorme peligro de mortandad). Espero no tener que desdecirme en el futuro pero, de momento, histerias y sicosis, no son necesarias.
Sed felices (y sanos).